Álava encara la semana con más nieve y la temperatura mínima a la baja
El aviso amarillo continúa activado, al menos, hasta el lunes. El mercurio se desplomará a mitad de semana hasta los 5 grados bajo cero en Vitoria
La nieve ha llegado a Álava para quedarse entre sus vecinos lo que resta de Navidad y, si se cumplen las previsiones meteorológicas, unos cuantos ... días más. No dejará de nevar ni de caer la temperatura mínima, al menos, hasta mitad de la próxima semana, cuando el termómetro podría tiritar a cinco grados bajo cero en Vitoria. Este domingo, anuncia Euskalmet, habrá «pocos cambios» en el mapa del tiempo y el aviso amarillo -hasta el sábado al media mañana era una alerta naranja-continuará activado.
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La cota de nieve se situará a lo largo de este día entre los 300 y los 500 metros, con precipitación débil, y el lunes complicará la vuelta al trabajo al descender hasta los 200-400 con la posibilidad, eso sí, de que al final de la jornada «se abran algunos claros». El viento soplará del Norte y refrescará aún más el ambiente. El descenso del mercurio se notará, sobre todo, de noche y madrugada -no se descartan heladas- ya que las temperaturas diurnas subirán tímidamente respecto al fin de semana.
La alerta naranja bajó de nivel a aviso amarillo, que continuará activo unos días más
en todo euskadi
El termómetro cayó en la madrugada de este sábado hasta los -3,6º en Kapildui, la mínima alavesa, y en Abetxuko se registraron -0,7º. Hizo frío pero también nevó, y mucho. En Vitoria se acumularon más de diez centímetros y una capa aún más gruesa se formó en otros puntos del territorio. En Opakua, Herrera, Orduña, Zaldiaran... hubo que cerrar los puertos y en unas cuantas vías que salvan la orografía alavesa se hizo obligatorio el uso de cadenas en diferentes momentos de la jornada. La alerta por hielo o nieve se extendió a prácticamente toda la red prioritaria. Fuera del asfalto, a pie de calle, familias y cuadrillas aprovecharon sobre campas y parques que la primera nevada de 2021 cayó con las aulas cerradas y muchos trabajadores también de vacaciones. No hubo en este temporal caos a la entrada de los polígonos industriales o de los grandes centros de trabajo -Mercedes, por ejemplo, no regresa hasta este lunes a la producción- pero la blanca estampa se vio oscurecida por algunos problemas en la movilidad.
La desesperación de los conductores se concentró en la red viaria, donde el paso de los equipos de limpieza -más de una veintena en las peores horas- ralentizó la circulación. Quienes iban al volante por la A-1 en dirección Irún soportaron hasta siete kilómetros de retenciones y también hubo colas en la N-622 hacia Bilbao. A pesar de la complicada jornada en la carretera, sólo se produjo un accidente de consideración, en Luiando, donde dos personas de 52 y 16 años tuvieron que ser trasladadas al hospital vizcaíno de Galdakao. La intervención de la DYA se limitó a pequeñas, aunque numerosas, actuaciones, sobre todo, para remolcar y liberar a vehículos que habían quedado atrapados en la nieve. La alerta naranja por nevadas, que a media mañana descendió de nivel a aviso amarillo, sin embargo, no cogió por sorpresa a los alaveses pues los expertos en leer el mapa del tiempo avisaban desde hacía días del desplome de la cota. Pero tal vez estaban algo desentrenados. La nevada de 2020 -a finales de marzo- encontró al territorio confinado y apenas quedaron huellas sobre el manto blanco que vistió sus calles, y el año anterior no cayeron copos de consideración.
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En 2020 nevó en pleno confinamiento y en 2019 apenas cayeron unos copos de consideración
nevada esperada
En Vitoria se distribuyeron sacas de sal a las puertas de edificios municipales, desde centros cívicos a polideportivos, y funcionaron en torno a 17 máquinas -por la noche, cinco quitanieves por la calzada- y más de 150 operarios dentro del plan municipal de nevadas, que se halla en fase 1 (de las dos posibles). El temporal, además de provocar la caída de numerosas ramas por el peso de la nieve, alteró en la ciudad tanto el servicio del tranvía por la mañana como de Tuvisa, que tuvo que modificar el recorrido de dos líneas durante varias horas por los problemas de los urbanos para «realizar giros y subir cuestas» en algunos puntos. Y en la estrenada curva entre San Francisco y Olaguíbel un conductor se salió de la calzada.
Pero la nevada, que sumada a las lluvias de las últimas semanas ha situado el embalse de Ullibarri-Gamboa al 86% de su capacidad, trastocó sobre todo la jornada a los viajeros de tren. Hasta siete servicios de Renfe con parada en la capital alavesa -cinco con salida en Alsasua y dos en Pamplona y todos con destino a Miranda- se vieron afectados por la meteorología, que hizo caer un árbol sobre la catenaria a la altura de Zegama, en Gipuzkoa, y obligó a organizar decenas de transbordos en autobús y taxi. Mejor se lo pasaron quienes se movieron en trineo, el transporte más deseado de la jornada, tanto que en las tiendas de deporte se agotaron varios modelos ante la previsión que de que el territorio vea nevar unos cuantos días más.
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