Álava suma 82 muertes en residencias de mayores y la oposición carga contra la Diputación
Ramiro González defiende que las decisiones se tomaron «desde el minuto uno» y anuncia que han gastado un millón de euros en mascarillas
Las residencias de mayores de Álava sumaron ayer otros diez muertos más por coronavirus. Ya son 82 y casi suponen dos de cada cinco fallecidos en el territorio durante esta crisis sanitaria. Con este escenario de fondo, el diputado general Ramiro González trató de defender la gestión del Ejecutivo foral ante la lluvia de críticas de los portavoces de la oposición que, si bien reconocieron que la llegada del patógeno de Wuhan era algo impredecible, coincidieron a la hora de censurar la tardanza que hubo a la hora de reaccionar a nivel local. «Acepto la crítica porque no les puedo asegurar que hayamos acertado en todas nuestras decisiones, pero no tengan ninguna duda de que el esfuerzo y el trabajo está siendo máximo», subrayó el mandatario alavés. Un atisbo de autocrítica que no tuvo mayor reflejo en el resto de una comparecencia telemática ante las Juntas Generales que llegó 38 días después de que se confirmara el primer caso de Covid-19 en Álava.
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Según González, se tomaron decisiones desde «el minuto uno» -lo fechó cuando se detectó el primer positivo en Txagorritxu- en los geriátricos que han demostrado ser el talón de Aquiles en esta crisis sanitaria. Medidas que, admitió, «no han podido impedir un número alto de contagios y fallecimientos». Los últimos datos muestran que ya hay 363 personas enfermas, 23 más que el día anterior. Una cifra que no cesa de subir por los test que se están realizando de forma masiva en varios de los centros más afectados por el virus como son Zadorra, Ariznabarra, Sallurtegi (Salvatierra) y Samaniego. El máximo dirigente foral confió en que «a partir de ahora se podrán hacer más intensivos» gracias a los últimos encargos recibidos por el Gobierno vasco.
De hecho, la Diputación ya ha gastado un millón de euros en la «odisea» que está suponiendo la compra de material médico de protección. Se han adquirido 80.000 mascarillas, 3.000 batas, 1.000 gafas, 170 buzos y 2.000 delantales y se está a la espera de recibir otras 180.000 mascarillas, 100.000 guantes 60.000 batas y 2.000 gafas. Material que, aseguró González, se está repartiendo entre las residencias tanto públicas como privadas y el servicio de ayuda a domicilio, colectivos que en las últimas semanas habían evidenciado estar desprovistos de estos equipos esenciales para frenar el ataque del coronavirus. 45 trabajadores del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) han caído enfermos por estas circunstancias y se ha contratado a otras 335 para reforzar la plantilla. Sobre todo, el centro de referencia en la lucha contra el coronavirus situado en la residencia Zadorra, un equipamiento que busca dar un poco de aire a los hospitales alaveses y evitar el ingreso de los afectados por coronavirus salvo en los casos más graves.
«Reflexión compartida»
«Hace falta una reflexión compartida entre todos para promover un cambio de rumbo. Aquí no se trata de quién tiene la razón», propuso Kike Fernández de Pinedo, de EH Bildu. «Pedimos autocrítica a la Diputación porque alguien tiene que explicar por qué Álava es el territorio que proporcionalmente tiene mayor número de contagio y de fallecidos por el coronavirus», apuntó el portavoz del grupo juntero del PP, Iñaki Oyarzábal. «¿Qué piensan hacer con el modelo de residencias de mayores que, visto lo visto, no es el adecuado?», cuestionó Arantxa Abecia, de Podemos.
Cambios en el presupuesto foral para «evitar la desigualdad»
El coronavirus también ha contagiado a la economía mundial y, por supuesto, Álava no es una excepción. El diputado general, Ramiro González, apuntó ayer que en esta crisis sanitaria ya se han presentado 3.314 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y que todo apunta a que el territorio sufrirá un «duro» golpe. La recaudación de impuestos se verá reducida, por lo que el Gobierno foral estará obligado a cambiar sus «prioridades», es decir, a modificar los presupuestos que aprobó hace cuatro meses. Además, habrá que realizar una «contención de gasto» o, lo que es lo mismo, los temidos recortes. El máximo dirigente foral tan sólo dijo que se están estudiando fórmulas, pero es evidente que deberá renunciar a alguno de los proyectos que tenía en cartera.
«El reto no es sólo la recuperación, sino que en ese camino evitemos la desigualdad, que llegue a todos y para ello debemos sacrificarnos», subrayó en una comparecencia telemática que se alargó durante tres horas. «La prioridad urgente es la defensa de la salud y el siguiente reto será la recuperación económica sin desigualdad», incidió.
No anunció nuevas medidas de apoyo para las empresas -sobre todo 'pymes' y autónomos- que han tenido que bajar la persiana por las restricciones del actual estado de alarma. Eso sí, pidió sobre todo a los responsables territoriales de Podemos, que cogobiernan junto a Pedro Sánchez a nivel nacional, altura de miras en sus planteamientos para enfrentarse a la crisis económica que surgirá cuando se solucione el actual problema sanitario. «La ciudadanía nos pide menos confrontación y más colaboración», reclamó Ramiro González en medio de las críticas que le arreciaban por parte de la oposición.
Recordó las medidas fiscales asumidas en las últimas semanas y que en la campaña de la Renta se van a flexibilizar los plazos, aunque las cantidades a devolver se ingresarán en un plazo de tan sólo 24 horas.
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