Álava contiene la respiración por el precio de la energía y el riesgo de desabastecimiento
El mercado de mayoristas de Vitoria recibió ayer el 70% de lo habitual. Sus responsables lo achacan a que hay menos productos de temporada
Los supermercados de Vitoria cerraron el sábado con sus baldas surtidas, salvo en el caso de la leche y el sorprendentemente tan reclamado aceite de ... girasol. Hoy levantarán la persiana conteniendo la respiración ante el creciente riesgo de desabastecimiento, ya que los almacenes se vacían y, sin embargo, no reciben suministros al mismo ritmo por la huelga del transporte.
Publicidad
De momento, el mercado de mayoristas de Vitoria recibió ayer el 70% de los productos habituales. «Si no llega de una empresa, lo hará de otra. Confiamos en aguantar el 'tirón' de esta semana entre lo que tenemos en almacenes y lo que vayamos recibiendo», asegura su portavoz, José Luis Huarte, aunque por si acaso cruzará los dedos. Algunos frescos procedentes de las huertas de Almería y Murcia, como las vainas y el pimiento verde, son los que más escasean. Los cítricos de la Comunidad Valenciana, mientras tanto, están garantizados. «Hay que tener en cuenta que en estas fechas es cuando menos productos de temporada suele haber y, por lo tanto, es normal que exista una caída en los envíos», justifica Huarte.
La situación con los transportistas no es, ni de lejos, la única amenaza. El disparatado precio de los combustibles como consecuencia de la guerra de Ucrania también está condicionando la actividad de prácticamente todos los sectores productivos, ya sea de manera directa o indirecta. Muy directamente, de la pesca, con la flota de bajura amarrada a puerto ya durante la semana pasada porque la factura de gasóleo hace inviable hacerse a la mar. Esto, claro, compromete el suministro de pescado. Este fin de semana, en Vitoria se han notado problemas con las capturas de bajura de Galicia y mucho del marisco era de Asturias. Algunos clientes de la Plaza de Abastos se dejaron aconsejar por las pescaderas para buscar una alternativa a lo que iban a comprar.
En general todo el sector primario está al borde del precipicio. Es otra actividad productiva que arrastra una crisis crónica y para la que la situación actual no ha sido la gota, sino el tsunami que ha desbordado el vaso. Lo dejaron muy claro ayer en Madrid las 150.000 personas del mundo rural (agricultores, ganaderos, regantes, pescadores...) que han lanzado un grito de auxilio. Es decir, que el problema no es sólo que los productos de primera necesidad lleguen a los supermercados, sino que lleguen incluso a producirse. Muchos se pueden importar, claro. El problema es que Ucrania es el mayor productor europeo de cereales y de ciertos alimentos esenciales, como el aceite de girasol, lo que sigue complicando el asunto.
Publicidad
Consecuencias desconocidas
El riesgo no es sólo el desabastecimiento, sino también los precios. Partimos con el IPC más disparado desde hace más de tres décadas (7,6% en febrero) y el panorama está empeorando. Con el agravante de que la subida del petróleo condiciona no sólo los costes de producción y el transporte, sino todo lo demás. Por ejemplo, el empaquetado con plásticos.
Esta semana que hoy comienza también lo hace con las alarmas encendidas en la industria. La patronal vasca, Confebask, alertó el viernes de que los precios de la energía pueden traer «consecuencias desconocidas» para las empresas. Es más, los empresarios advirtieron de que «muchas firmas pueden verse obligadas a cerrar en pocos días». Algunas plantas con consumos intensivos de energía eléctrica ya lo han hecho. Ante semejante situación Confebask avanza una lluvia de ERTE salvo que sobrevenga un cambio radical en el escenario actual.
Publicidad
Mercedes, la primera industria de Euskadi, ya ha avisado a los sindicatos que prevé seguir teniendo «grandes complicaciones» con los componentes también en los meses de abril y mayo, agravadas ahora por la huelga de transportistas y los nuevos brotes del covid en China.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión