El Supremo anula su sentencia que daba por buenos 91 despidos en Laminaciones

El Tribunal Supremo notificó ayer que acepta el recurso de nulidad -también llamado incidente- interpuesto por el comité de empresa de Celsa Atlantic, la antigua Laminaciones Arregui, respecto a la sentencia emitida por este mismo Alto Tribunal el pasado mes de octubre en el que estimaba «procedentes» 91 despidos de la compañía con fábricas en Vitoria y Urbina porque «había causas económicas justificadas». De esta manera, se abre un nuevo escenario respecto a aquel controvertido fallo judicial desvelado en exclusiva por EL CORREO que, cabe recordar, contó con el voto discrepante de seis de los trece magistrados encargados de redactarlo.

Incluso el sindicato ELA, mayoritario en el comité y del que han partido la mayoría de las iniciativas, considera que, según la notificación oficial recibida «se nos da la razón. Y a expensas de conocer el auto en su integridad, se anula la sentencia del Tribunal Supremo y quedamos a la espera de una nueva que revierta la anterior». Es decir, y siempre según la versión de la central sindical abertzale, que esos 91 despidos «son nulos "de facto" y ahora hay que esperar a ver qué dicen de nuevo los jueces».

El Supremo rectificó en su momento el fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que declaró nulo el expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción presentado por la dirección del grupo Celsa para toda la plantilla en Álava.

Laminaciones Arregui recurrió esa sentencia y el Supremo, trece meses después, le dio la razón. Aunque el comité aseguró que el Alto Tribunal «se ha inventado un hecho no probado», en alusión al ERE de extinción de 91 empleos, para emitir un dictamen «a gusto de la empresa». Y utilizó la única vía posible, la presentación del incidente de nulidad ahora aceptado.

«Balón de oxígeno»

El sindicato ELA considera que esta nueva decisión del Tribunal Supremo supone, para la plantilla, «un balón de oxígeno para continuar la lucha por su dignidad». El conflicto comenzó hace ahora dos años, en los que se han vivido momentos de gran tensión. Y las posturas siempre han estado muy alejadas.

«Nunca acabará -el conflicto- de solucionarse en los tribunales de justicia», asegura la central sindical abertzale, «porque cuando la empresa creía ganada la batalla jurídica, esta sentencia pone en serias dudas la legalidad del expediente de regulación de empleo presentado».

ELA insiste, por lo tanto, en la necesidad de abrir una mesa de negociación junto con la dirección, donde ambas partes alcancen un acuerdo para cerrar «definitivamente este conflicto. Y ahora que el Tribunal Supremo nos ha dado la razón, ofrecemos públicamente -a Laminaciones Arregui- una salida negociada».

Por último, el sindicato arremete contra el Gobierno vasco, cuya actitud «merece un apartado aparte. Lejos de involucrarse en el conflicto e intermediar entre las partes, da la callada por respuesta». Y en estos momentos, «es más que necesario y urgente que los departamentos de Trabajo e Industria den un paso adelante y apuesten por el mantenimiento del empleo» en las plantas del grupo Celsa en Álava.