Borrar
Soldados estadounidenses desplegados en Afganistán se preparan para una misión. :: AP
La OTAN reconoce una nueva masacre en Afganistán
MUNDO

La OTAN reconoce una nueva masacre en Afganistán

Tropas norteamericanas irrumpieron en una casa, abatieron a cinco personas al confundirlas con terroristas y después acuchillaron los cuerpos para borrar las huellas

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL

Martes, 6 de abril 2010, 11:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Fue una de esas masacres con las que se pierde la guerra. Dos mujeres embarazadas de cuatro y cinco meses. La primera, madre de cuatro niños menores de 5 años. La segunda, matriarca de once. Una adolescente de 18 años a punto de casarse. Un jefe de la Policía y un fiscal del distrito. Todos ellos asesinados en una absurda redada en la que las fuerzas especiales de Estados Unidos, incluso extrajeron las balas a las tres féminas y limpiaron el lugar de la escena.

No había talibanes en la casa, en contra de lo que había dicho un confidente, seguramente malintencionado. Por el contrario, el comandante Dawood era leal al Gobierno de Karzai, homenajeado por las fuerzas ocupantes por haberse enfrentado a los terroristas. Esa noche creyó ser víctima de ellos. Unos veinticinco invitados y tres músicos estaban reunidos en el hogar de los Udin para celebrar el nacimiento de un nieto del patriarca. A las tres de la madrugada uno de los concertistas salió a lavarse las manos y recibió un flash de luz en la cara seguido de una bala que logró esquivar.

«¡Talibanes!», gritó aterrado. Dawood cogió su kalashnikov y salió a defender a su familia con su hijo Sediqullah, de 15 años. Les recibió una ráfaga de balas disparada por soldados rubios. Su hermano, Saranwal Zahir, fiscal de Ahmadabad (Paktia), sabía un poco de inglés e intentó aclarar el malentendido. «No disparen, trabajamos para el Gobierno», gritó. «Pero mientras hablaba también le abatieron», contó su madre. Las tres mujeres fueron asimismo alcanzadas por las balas. Dos de ellas murieron al instante, pero la tercera tal vez pudo haberse salvado si los norteamericanos le hubieran procurado atención médica.

Un crimen de honor

En lugar de eso, retuvieron a los testigos durante horas en la fría noche del 12 de febrero, limpiaron huellas, retiraron casquillos y manipularon los cadáveres para evitar implicaciones. El comunicado de la OTAN describiría después el «espeluznante descubrimiento» durante una redada contra los talibanes de tres mujeres víctimas de «un crimen de honor» acuchilladas y maniatadas en una de las habitaciones. Si un reportero del diario británico 'The Times' no hubiera investigado durante tres días, la verdad nunca hubiera salido a la luz y la Alianza no hubiera tenido que disculparse. La familia ha rechazado el dinero ofrecido y reclama que se cuelgue al informante en la plaza principal de Gardez.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios