32 nuevos radares en las carreteras vascas

Estaban vacías, huecas, sin cámara de fotos dentro, pero cumplían su misión a pesar de no poner multas: numerosos conductores pisaban el freno para adecuarse a la velocidad exigida. Pero esa situación se ha terminado, y las nuevas cabinas de radar colocadas a principios de 2009 comenzarán en breve a denunciar a los infractores. El Gobierno vasco acaba de autorizar el uso de los 32 dispositivos de control que adquirió el anterior Ejecutivo en la recta final de la legislatura política y que llevan más de un año inactivos.

La directora de Tráfico, Amparo López Antelo, acaba de estampar su firma en el trámite administrativo necesario para poner en marcha los radares, que presumiblemente estarán operativos en los próximos días, aunque Interior no ha desvelado aún cuándo comenzarán a caer las multas. En su mayoría, se trata de cabinas de color gris instaladas en los márgenes de la carretera, aunque en algunos casos también se ha optado por situar los cinemómetros en pórticos, detrás de los paneles electrónicos que dan información a los usuarios de las autopistas. Estas nuevas cabinas están señalizadas, como es preceptivo, desde hace más de un año, aunque durante meses las señales han estado cubiertas dado que el radar no estaba aún operativo. En algunos puntos, un plástico sigue ocultado la advertencia de su cercanía. En otros, las inclemencias del tiempo han retirado las protecciones a pesar de que los dispositivos no funcionaban aún.

La resolución emitida por el Departamento de Interior desgrana la situación de los 32 nuevos radares: 11 de los dispositivos se sitúan en Álava, 14 en Guipúzcoa y 7 en Vizcaya. Complementarán a los que ya están operativos, que son 39, según datos de la propia consejería -2 en territorio alavés, 27 en Vizcaya y 10 más en Guipúzcoa-. Los nuevos elementos de control están situados en las principales vías de Euskadi y en buena parte coinciden con tramos de concentración de accidentes -los conocidos 'puntos negros'-, es decir, ubicaciones donde se registran choques con heridos con una frecuencia mayor de lo habitual. En lo referente a Álava, los nuevos radares están en la autovía de Altube (3), en la variante de Llodio (2), en la autopista vasco-aragonesa, en Legutiano; en la A-1 a la altura de Egino y en la carretera de la Rioja Alavesa.

En Vizcaya, se han colocado en la A-8 en Muskiz, en la AP-68 en Arriogorriaga, cerca del centro comercial Artea -en Algorta-, y en Erletxes. En Guipúzcoa, se refuerza de forma notable el control sobre la N-1 (8 nuevos radares) y en A-8 (5 más). El último se ubica en Beasain, en la GI-632. Como es sabido, sin embargo, no todas las cabinas de radar tienen siempre un detector de velocidad dentro. Interior dispone de 17 cinemómetros para las 70 carcasas, por lo que se rotan entre ellas. Lo que ocurre es que los conductores nunca saben si la cámara se encuentra o no dentro del radar que sobrepasan, de manera que cumplen de igual forma su cometido preventivo: reducen por sistema la velocidad, que es lo que se pretende. La propia directora de tráfico reconoce que debe prevalecer «el aspecto preventivo frente al meramente punitivo» en lo política de control del tráfico mediante radares.

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El servicio de López Antelo ha tardado prácticamente un año en dar vía libre a la utilización de los radares adquiridos y colocados por sus antecesores, en los que se invirtió una cantidad de 784.000 euros para financiar la compra de 36 cabinas y tres nuevos cinemómetros. Nada más acceder al cargo de la mano del consejero socialista Rodolfo Ares, la directora de tráfico anunció que tenía previsto efectuar una «reflexión» sobre la política de radares. «Estamos obligados a vigilar la velocidad, pero no se puede llenar la carretera de cámaras», dijo entonces. La reflexión no parece haberle llevado a un punto diferente: prácticamente la totalidad de los radares autorizados esta semana se encuentran en la misma ubicación donde los colocaron los responsables de tráfico en la etapa del PNV.

A pesar de conocer dónde se encuentran los dispositivos fijos, no conviene confiarse. La Ertzaintza dispone además de otros 11 cinemómetros móviles para su utilización en trípodes o desde dentro de los vehículos policiales. Así que lo mejor, para no generar accidentes ni ser multado, es simplemente no correr.