El 'festi' del Guggenheim
¿Qué tal unas copas en el museo? Este viernes habrá dos escenarios, seis DJs y conciertos de Arizona Baby y Cápsula
CARLOS BENITO
Martes, 18 de septiembre 2012, 18:22
¿Acaso no hay cada vez más bares que aprovechan las paredes libres, por diminutas que sean, para colgar exposiciones artísticas? Pues mucho más lógico resulta lo contrario: era casi inevitable que alguien se quedase mirando el Guggenheim de Bilbao, con sus placas de titanio y sus reflejos tornasolados y sus vistas estupendas a la ría y su perro de flores, y pensase qué buen bar se podía montar ahí, sacando partido a la arquitectura moderna, el interior espacioso y la falta de vecinos que protesten por el ruido. Art After Dark, la fiesta mensual que el museo organiza junto al equipo del club Fever, viene a ser precisamente eso, la ocasional metamorfosis del edificio más significativo de Bilbao en una sala de ocio nocturno, con música en directo, barra y una decoración mucho más ambiciosa y cara de lo habitual en la hostelería. Ahora mismo, los coloristas paisajes de David Hockney, casi nada.
Las sesiones de Art After Dark son ya un clásico, una bilbainada a la que nos hemos acabado acostumbrando, pero esta semana la apuesta se eleva con una edición especial para celebrar el decimoquinto aniversario del museo. El viernes, el Guggenheim albergará una especie de minifestival con dos escenarios, uno situado en el lugar habitual, el atrio, y el otro al aire libre. Dentro, en lo que podría identificarse como una suntuosa carpa dance, la acción arrancará a las diez de la noche y se sucederán en la cabina tres discjockeys: Madel, clásico de la escena bilbaína, mitad del dúo Chico y Chica y habitual de Fever, combinará «lo inmediato con lo sofisticado, lo esnob con lo genuino»; el portugués Hernández, fundador del sello SideFX y del reputado club Marginal de Madeira, ofrecerá una muestra de los sonidos electrónicos que le han dado fama en el sureste asiático; finalmente, el británico James Holden, impulsor del sello Border Community y remezclador de artistas como Depeche Mode o Radiohead, demostrará «su destreza a los controles, sus insólitas mezclas y su capacidad de sorpresa», según describen los organizadores.
Fuera, la cosa se pone más pop-rockera, con un cartel que abarca desde las ocho de la tarde hasta la una de la madrugada e incluye dos conciertos: oficiarán allí, a la fresca, el trío argentino-bilbaíno Cápsula, infalible máquina de rock engrasada con una admirable actitud de gira perpetua, y los vallisoletanos Arizona Baby, tres hirsutos tahúres del lejano oeste castellano que retoman su country-rock crepuscular y acústico. «En nuestra propuesta no hay trampa ni cartón. Estamos aquí por la música, por las emociones, por los buenos momentos vividos y por vivir, creo que ya vamos estando todos un poco hartos de tanta radiofórmula y tanto politono», ha explicado en alguna ocasión la banda, que se transforma en Corizonas cuando se suma a sus colegas Los Coronas. El cantante y guitarrista de Arizona Baby, Javier Vielba, también pinchará en este espacio al aire libre, junto a José María Rey, famoso por su larga carrera de locutor en Radio 3 (con programas como Diario pop o El bulevar), y Johann Wald, conocido presentador de MTV, Cuatro y TVE. Si aún quedan ganas, la fiesta continúa con los mismos discjockeys en Fever, ya que la entrada a Art After Dark se puede canjear en el mismo museo por un pase gratuito para esa misma noche. Eso sí, que los forasteros no se esperen del club del polígono de Santa Ana un look exterior diseñado por Frank Gehry, ni perros de flores, ni estupendas vistas.