La Cofradía recurre a un ingeniero para determinar el alcance de los daños en San Juan del Monte

Los importantes daños causados en San Juan del Monte por la tormenta de lluvia y granizo del pasado lunes tendrán que ser valorados en toda su dimensión.La Cofradía ha solicitado el apoyo de un ingeniero que se encargará de realizar en los próximos días el diagnóstico más exacto posible de los destrozos. Caseta por caseta determinará el grado de las reparaciones que serán necesarias y la información que aporte será clave en el dossier que la entidad quiere redactar para solicitar el respaldo de las administraciones.

El hecho de que la afección haya sido generalizada se desconoce aún cuántas de las 70 casetas emplazadas en el paraje natural se habrían visto afectadas y en qué grado, aunque sí se asegura que son la mayoría, facilitaría la posibilidad de obtener cobertura económica para hacer frente a los arreglos. Un trabajo que el propio Álvaro de Gracia, solicita que no sea iniciado a título particular por los sanjuaneros. «Es importante que no se precipiten porque quizás la Cofradía es la que debe negociar los precios en bloque con un proveedor para obtener mejores condiciones», plantea.

El proceso que se va a seguir se desgranará durante una reunión a la que han sido convocadas las cuadrillas mañana. «Tenemos que redactar ese informe y darlo a conocer a las administraciones, primero por si hay que modificar los materiales empleados, porque eso es competencia de ellos» en función de las exigencias del Plan General de Ordenación Urbana y las normas que rigen en la Consejería de Medio Ambiente para este tipo de zonas con protección especial. «Veremos a ver si se pueden articular ayudas como las que se dieron en 2006 para la instalación de los tejados».

1.400 euros de media

De los 349.000 euros que transfirió la Comunidad Autónoma a la Cofradía para la rehabilitación de la zona de esparcimiento, en torno a 70.000 se destinaron específicamente a las cuadrillas (recibieron de media en torno a 1.200 euros) para que acometieran la instalación de las cubiertas en las casetas. Un dinero que incluía los materiales y la mano de obra. Cada instalación tuvo su proyecto específico. Y fue este el que marcó el diseño conocido.

«Ahora hay que ver si es conveniente mantener esos materiales o deberían sustituirse y si, dado el carácter catastrófico de los daños, se pueden articular ayudas». La mayoría de las construcciones carece de un seguro particular algo que, en opinión del presidente de la Cofradía, «tampoco está claro» que llegara a solventar el problema que se presenta ahora. «Tengo mis dudas de que cubran daños atmosféricos, se refieren más a responsabilidad y a robos».

El término «catastrófico» es, a su juicio, el que mejor define la huella dejada por la tormenta de granizo. «Se han salvado algo aquellas que colocaron la nueva cubierta de un material plástico que imita a teja sobre los viejos tejados y las que están debajo de árboles, que les han servido de parapeto». Las reparaciones no urgen. De hecho se apunta ya que el proceso para definir exactamente los daños no será corto. La Cofradía ha solicitado a las cuadrillas que aporten material gráfico para dar cuerpo al informe.