Amarte

Desde hace algunos años va tomando fuerza un ramal que parte del tronco común de la comedia romántica para enredarse con el drama amoroso estructurado en secuencias episódicas, aunque en este caso sea una elegante pátina 'british' la que iguale el brillo del segundo largometraje de la directora sueca Lone Scherfig al de otras obras adscritas a una corriente poética similar.

Sin pasar por alto la evidencia de que 'One day' es, ante todo, la adaptación de una novela que hunde sus pilares en la arquitectura dramática de 'Dos en la carretera' (Stanley Donen, 1967), no podemos obviar que Scherfig ha hecho todo lo posible para conjugar los hallazgos de la novela de David Nicholls en un tiempo cinematográfico de raíces clásicas. El resultado es un drama ligero, de lectura fácil, que espantará a los corazones endurecidos por los desengaños, aunque atesora matices suficientes como para convertirse en el placer culpable favorito de los cínicos que lloraron en silencio con la historia de amor imposible entre Robert Kincaid y Francesca Johnson en 'Los puentes de Madison'.

'One day' escenifica una relación imperecedera, la de Dexter y Emma, dos amantes fugaces que rozan el amor con la amistad a lo largo de casi dos décadas durante las que comparten alegrías, frustraciones y desengaños, aunque el arco temporal que abarca el relato no llega a sustanciarse en una puesta en escena lo bastante gruesa como para ocultar el fondo de armario teatral con el que se visten sus personajes. Precisamente por eso la dirección de Scherfig gana enteros cuando utiliza los planos cortos para transformar a sus personajes en sujetos abstractos en cuyas superficies se reflejan las experiencias vitales del espectador. Especialmente recomendada para los lectores/espectadores de lágrima fácil, 'One day' es la alternativa perfecta para el público que no tolera la extrema crueldad de dramas post-mortem como el descrito por Emily Brontë en 'Cumbres borrascosas'.