«Los preservativos no son la solución frente a la promiscuidad irresponsable»

La lucha contra el sida en África se vale de constantes campañas informativas acompañadas de la distribución gratuita de preservativos. «Es un instrumento, pero no supone la solución. ¿Hasta qué punto se usan? Advierto una promiscuidad irresponsable en los jóvenes, hoy sí, mañana, no. La incidencia de las enfermedades venéreas y los embarazos no deseados han aumentado», alega Jesús Zubiria, responsable de proyectos de salud en Mozambique. Este profesor de bioética protagoniza un nuevo encuentro del Aula de Cultura de la Fundación Vocento, que analizará las condiciones sanitarias en el continente negro. El acto tendrá lugar hoy, a partir de las ocho de la tarde, en el Salón El Carmen de Bilbao.

El conferenciante ha trabajado en la Universidad de Beira, en el país austral, y entre sus cometidos se encontraba la evaluación de proyectos de investigación en la facultad de medicina. La mayoría estaban relacionados con la pandemia, la malaria y la tuberculosis. El sexto propósito de los Objetivos de Desarrollo del Milenio abarca la lucha contra las dos primeras. La reducción de su incidencia es el horizonte, un logro que, según la experiencia africana, parece inalcanzable a corto plazo, aunque el experto admite la consecución de notables avances gracias, sobre todo, a la extensión de los antirretrovirales.

Prostitución y corrupción

El estado de las infraestructuras en la ex colonia portuguesa también lastra el desarrollo. «La situación es lamentable», confiesa y explica que, a menudo, los pacientes han de recorrer cuarenta o cincuenta kilómetros para llegar a un puesto de salud que apenas cuenta con aspirinas. «En España hay un médico por cada 240 habitantes, mientras que en Mozambique la proporción es de uno cada 50.000 y son raros los hospitales dotados con medios para realizar operaciones». Además, los laboratorios tampoco invierten demasiados medios en el ámbito de la medicina tropical. «Porque son enfermedades que afectan a los que no pueden pagar y no se produce lo que no se vende», lamenta.

Las toxicomanías también afectan a las poblaciones del Sur. Las drogas occidentales llegan a Mozambique y las locales, producidas en el campo, se consumen en las ciudades. Las urbes han experimentado un rápido crecimiento, a pesar de que allí los precios son más elevados que resto del país. «El coste de la vida está muy por encima del salario mínimo, al que muchos ni siquiera llegan, lo que impulsa fenómenos como la prostitución y la delincuencia».

La asistencia sanitaria es gratuita en Mozambique, pero las condiciones de los centros son muy básicas. A la falta de medios de la Administración y la corrupción se suma la fuga de personal cualificado hacia Europa, Norteamérica o Australia. «La gente se desanima ante las dificultades y tentación es muy grande para alguien bien formado que carece de recurso para aplica lo estudiado», advierte.