Zapatero y Urkullu analizan la situación de Sortu en una cena en La Moncloa

José Luis Rodríguez Zapatero e Iñigo Urkullu volvieron a verse las caras en Madrid. El presidente del Gobierno y el líder del PNV mantuvieron el lunes en La Moncloa un encuentro privado en el que analizaron la actual situación política, en especial la decisión del Tribunal Supremo de prohibir la inscripción de Sortu en el registro de partidos, y la evolución del pacto presupuestario que ambos suscribieron a finales del año pasado. Ambos dirigentes intercambiaron impresiones en una cena celebrada en la residencia oficial del jefe del Ejecutivo, que se prolongó durante tres horas y en la que no hubo otros interlocutores.

La cita vuelve a poner en evidencia las magníficas relaciones que existen entre el presidente del PSOE y el máximo responsable del EBB desde que el pasado año sellaran una alianza para conseguir, por un lado, salvar la legislatura de Zapatero y, por el otro, poner en marcha un calendario de traspasos para completar las transferencias pendientes. La sintonía es tal que los dos líderes suelen hablar por teléfono con cierta periodicidad, lo que no acaba de agradar a los socialistas vascos. En el PSE lo ven como un objeto de menoscabo para el lehendakari Patxi López, al servir a los nacionalistas para 'vender' la imagen de que quien realmente decide sobre el futuro de Euskadi es el PNV y no el actual Gobierno vasco.

Urkullu suele asegurar con cierta sorna que se ha reunido más veces con Zapatero que con el inquilino de Ajuria Enea. La del lunes fue la entrevista más reciente. Sin más comensales que ellos dos, los líderes de PSOE y EBB abordaron, entre otras cuestiones, el escenario abierto después de que el Tribunal Supremo impidiera a Sortu participar en las próximas elecciones municipales. El dirigente nacionalista transmitió al jefe del Ejecutivo su discrepancia con la Sala del 61 e insistió en que, en opinión de los jeltzales, la nueva marca debería ser legal porque sus estatutos cumplen la ley de partidos.

En este sentido, Urkullu confesó a Zapatero su convicción de que la decisión del Supremo será enmendada por el Tribunal Constitucional. El líder jeltzale se mostró seguro de que la izquierda abertzale tradicional estará representada de alguna manera en las urnas.

Relevo en el PSOE

La lucha antiterrorista también formó parte del 'menú' de la cena. El presidente del Gobierno, según diversas fuentes, habría anunciado al presidente nacionalista que un medio de comunicación iba a divulgar las actas de ETA sobre las reuniones que el Gobierno y la banda mantuvieron durante el proceso de paz de 2006. Zapatero le habría ofrecido a Urkullu algunos detalles sobre los documentos incautados a Francisco Javier López Peña, 'Thierry', antes de que aparecieran impresos en la prensa.

El conflicto en Libia y el debate sobre la sucesión del propio Zapatero ocuparon minutos en la charla. Aunque uno de los temas 'estrella' fue la evaluación del pacto presupuestario. Ambos dirigentes coincidieron en la buena salud del acuerdo y destacaron que el calendario marcado se está cumpliendo dentro de lo previsto. En este sentido, contrastaron cómo a comienzos de abril, probablemente la próxima semana, se materializará el traspaso de cinco competencias que, en principio, debían haber llegado a Euskadi antes de mañana. Se trata de la Inspección de Tabajo, la convalidación de títulos extranjeros no universitarios, la cesión de profesores y médicos de prisiones y, por último, de los profesores de religión de Primaria.

Por otra parte el presidente del PNV en Guipúzcoa, Joseba Egibar, confirmó ayer que su partido no acudirá a la manifestación convocada para reclamar la legalización de Sortu. De hacerlo, habría supuesto «participar en vísperas electorales en favor de una marca» rival en las urnas. Aunque «no parece que con Sortu llegue a tiempo», advirtió Egibar en Radio Euskadi, la izquierda abertzale, «de una manera u otra, va a estar presente» en las elecciones.