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El futbolista sueco Zlatan Ibrahimović. / Archivo
Vuelve la coleta masculina

¿Están los hombres guapos con coleta?

En la Eurocopa de fútbol varios jugadores amarraron su melena con variopintos recogidos pero... ¿les queda bien? El peinado no convence a todo el mundo...

CARLOS BENITO

Miércoles, 25 de julio 2012, 19:40

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Las tácticas de Vicente del Bosque no fueron el único tema de discusión durante la última Eurocopa. En otros foros se debatía sobre un asunto quizá más frívolo (bueno, tampoco se puede decir que el falso nueve sea una de las cuestiones más trascendentes para la humanidad) y vinculado al deporte de manera tangencial: ¿se dieron cuenta de la cantidad de jugadores que llevaban el pelo recogido en una coleta? Estaban, por supuesto, los representantes clásicos de dicho peinado, gente como el sueco Zlatan Ibrahimovic o el inglés de lustrosa crin Andy Carroll, pero por todas partes aparecían tipos más o menos desconocidos que lucían esa cuestionada solución capilar, hasta el punto de que algunos estilistas se plantean ya si la coleta masculina vuelve a ponerse de moda.

La coleta, esa melena estrangulada en nombre de la comodidad, fue común entre los varones del pasado: no hace falta irse a los samuráis o los manchúes, porque en esta Europa nuestra también sirvió como peinado de rigor allá por el siglo XVIII. Pero, a finales del siglo XX, fue quedando sobre todo para nostálgicos del arcoíris hippie, actores con un concepto anómalo de la elegancia (Don Johnson, Jack Nicholson o, cómo no, Steven Seagal, quizá el de mayor poder disuasorio) y aparatosos árbitros de la distinción como Karl Lagerfeld. A menos que uno se llamase David Beckham, existía un 99% de probabilidades de que la coleta no le favoreciese, aunque a veces no quedaba otro remedio que pasar por ello como mal menor, con motivos que podían ir desde estar fresquito hasta parecer mas gótico en el club nocturno. Algunas personas llegaron a elevar la cola de caballo a criterio moral: «Todos los abogados tienen sus supersticiones sobre la selección del jurado. La mía es la regla de las dos coletas. Puedo tolerar a un hombre con coleta en el jurado, pero jamás a dos», afirmaba George Dekle, fiscal en el caso del asesino en serie Ted Bundy.

Claro que las palabras más duras las ha escrito hace unas semanas la periodista estadounidense Hadley Freeman, que no cree que la fiebre coletera de los futbolistas sea la avanzadilla de una moda universal, ya que considera a los jugadores un universo aparte: «Ningún hombre respetable lleva coleta argumentó en The Guardian. Un hombre con coleta vive dentro de una burbuja personal construida a base de arrogancia, desconexión del mundo moderno, falta de interés por las opiniones de otros hasta bordear la sociopatía y fantasías basadas en lo que el machismo significaba en los 70. En otras palabras, un futbolista». ¿Ustedes qué opinan?

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