La dulce Julieta
La mexicana Julieta Venegas, una «pianista disfrazada de acordeonista», trae sus canciones bonitas al atrio del Guggenheim
CARLOS BENITO
Viernes, 20 de julio 2012, 08:19
Julieta Venegas no resulta sencilla de clasificar. Esas canciones que compone y que interpreta con voz soñolienta son material para todos los públicos, y de hecho suelen cautivar especialmente a los niños, pero su actitud, sus gustos y su sutileza no tienen muchos equivalentes en una escena comercial reduccionista, chabacana, que confundió hace mucho tiempo lo accesible con lo facilón. Lo que ocurre es que, ay, la dulce Julieta tampoco encuentra hueco natural en otros ámbitos: cuando la programaron en el Festival de Benicàssim del año pasado, algunos fundamentalistas indies estuvieron a punto de montar la revolución, indignados por lo que consideraban una concesión vergonzosa al mercado mayoritario. Incluso en su país hay periodistas que se sienten obligados a justificar la atención que le prestan: «Aunque no parezca, viene del under, y tras años en la batalla conquistó la corriente principal», alertaba la entradilla de una entrevista reciente con una publicación mexicana.
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Es cierto, claro: Julieta viene del underground, de tocar ska con los pioneros del rock latino Tijuana No, los mismos que acabarían colaborando con Fermín Muguruza. Pero antes de eso Julieta había sido la niña de colegio de monjas que estudiaba piano y chelo «de la clásica me queda el gusto por la melodía», dice, y también la muchachita que cruzaba la frontera de Tijuana a San Diego para ver el primer festival Lollapalooza o conciertos de artistas selectos como Lou Reed, los Sugarcubes, Iggy Pop, Mano Negra o Laurie Anderson. «En mi casa siempre hubo de todo. Mi madre escuchaba a cantantes mexicanos como Pedro Infante y luego mi hermano era el cool que estaba al tanto de las modas. Yo veo la música como un abanico abierto. Escucho de todo y lo combino con naturalidad. Me interesan todas las músicas: la ranchera, el hip hop, la electrónica, el reggae, la música popular... Cuando escribo, me tomo la libertad de coger cosas de distintos mundos. Es un derecho que creo tener», ha afirmado la cantante, que no renuncia a mantener los oídos abiertos: entre los artistas que ha recomendado últimamente a través de su cuenta de Twitter figuran los canadienses Purity Ring, los barceloneses Pegasvs o la brasileña Nina Becker, que no son precisamente pasto de radiofórmulas.
Julieta Venegas llega a las Womens Nights del Guggenheim cargada con su inseparable acordeón aunque se describe como «una pianista disfrazada de acordeonista» y sin la obligación de promocionar un álbum reciente. Su última referencia es Otra cosa, de 2010, que ya presentó en Barakaldo a finales de aquel año, durante una época en la que estaba centrada en criar a su hija Simona. Además de los temas más destacados de aquel disco, como Amores platónicos, Bien o mal o Despedida, en el concierto seguramente no faltarán canciones bonitas y exitosas que invitan al coreo masivo como Limón y sal, Me voy, Lento o su versión del Sin documentos de Los Rodríguez.
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