Dzhojar, al día siguiente de las bombas: "Estos ataques son tan fáciles de hacer"
Un joven revela la conversación que mantuvo con su compañero de gimnasio, uno de los hermanos de origen checheno acusados del atentado contra el maratón de Boston
PPLL
Martes, 23 de abril 2013, 23:12
Todos los días mantenemos con vecinos, compañeros de clase y demás conocidos conversaciones sobre temas banales que a la media hora desaparecen de nuestra memoria. Zach Bettencourt, sin embargo, nunca olvidará la que mantuvo con Dzhojar Tsarnaev un día después del atentado contra el maratón de Boston. Como no podía ser de otra forma, los dos jóvenes, que solían coincidir en el gimnasio de su universidad, hablaron sobre el tema de las bombas. "Esto que está ocurriendo es una locura", aseguraba el joven de origen checheno al que horas después el FBI identificaría como uno de los autores de la masacre. Y acto seguido, añadía: "Estos ataques son tan fáciles de hacer. Estas tragedias ocurren todo el tiempo en Irak y en Afganistán". Lo que Bettencourt no podía sospechar era que su compañero, gran aficionado a la lucha libre, hablaba con conocimiento de causa.
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La cara que se le debió quedar a Bettencourt cuando se enteró por los medios de comunicación que su compañero de gimnasio era sospechoso del atentado debió de ser todo un poema. Hasta tal punto, de no creerse lo que estaba viendo, pensando que se trataba de un error. Que era otra persona, con un extraordinario parecido físico, la que salía en el famoso vídeo junto a su hermano Tamerlan con su mochila sobre sus espaldas. Una de las dos mochilas llenas de explosivo y metralla que provocaron tres muertos y un centenar de heridos.
Pero podía haber sido todavía peor. La Policía asegura que los hermanos Tsarnaev disponían de suficiente explosivo para haber realizado más atentados similares al de Boston. Además, contaban con armas con las que podrían haber provocado una matanza similar a la ya tristemente famosa matanza en una escuela de educación primaria de Newtown, en Connecticut, y en la que murieron tiroteados 20 niños y 6 adultos. Lo más escalofriante era que los jóvenes contaban con las correspondientes licencias de armas en un país que sigue desoyendo las voces que reclaman una mayor restricción de las mismas para evitar este tipo de actos. Por fortuna, la policía ha evitado nuevas tragedias con la detención de estos dos jóvenes que mientras planeaban nuevas masacres seguían haciendo vida normal como si no hubieran roto un plato. Disfrutando de su hazaña, recreándose en ella, mientras la comentaba con un conocido en el gimnasio. Como si con él no fuera la cosa.
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