«Van a por mí», asegura Aguirre, que se siente «víctima» de la trama del espionaje
La presidenta de Madrid contraataca eimplica al ex tesorero de Aznar y Rajoy que dimitió tras notar seguimientos
M. IGLESIAS
Miércoles, 28 de enero 2009, 10:02
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El escándalo del espionaje en Madrid tiene despistados a la mayoría de los dirigentes del PP, que ya no saben quiénes son los espías y quiénes los espiados. La guerra interna arrecia con nuevas sospechas que apuntan a la mismísima dirección del partido, alimentadas por una Esperanza Aguirre que defendió ayer en términos tremendistas la tesis de su gobierno: «Yo en esto me siento una víctima, políticamente van a por mí», proclamó la presidenta de la Comunidad.
Aguirre dijo ser «la principal interesada» en que se esclarezca un caso que comenzó como un aparente enfrentamiento entre ella misma y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y que amenaza a Rajoy y a la cúpula popular. «Todo esto se aclarará y saldrán a la luz los responsables de este asunto, y quiénes hemos sido falsamente acusados», aseguró la 'baronesa' madrileña, que presidió ayer en la Asamblea un homenaje a las víctimas del Holocausto.
Álvaro Lapuerta. Es el último actor en sumarse a una trama que el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba calificaba recientemente como propia «de Mortadelo y Filemón». Lapuerta, hoy nonagenario, es hombre de confianza de Rajoy y depositario de todos los secretos del partido desde que Aznar le nombró tesorero en 1990 para sustituir a Rosendo Naseiro, detenido por supuesta financiación ilegal del PP. En junio de 2008, en vísperas del congreso de Valencia, dimitió tras informar al líder popular de que estaba siendo espiado, denuncia que el pasado lunes trasladó al diario 'El País' y que éste enmarca en la trama de ex agentes a sueldo de la consejería de Interior, en manos de Francisco Granados.
Víctima o verdugo
En cuestión de horas, el denunciante se ha transformado en denunciado en virtud de una información de 'El Mundo' que recibió ayer el aval de Esperanza Aguirre. Según la presidenta madrileña, Rajoy le llamó en 2006 para decirle que Álvaro Lapuerta «tenía unos dossiers de los señores González (Ignacio, vicepresidente de la Comunidad) y Granados». «Inmediatamente», pidió a ambos que aclararan con el tesorero «cualquier asunto que pudiera poner en duda su honarabilidad. Se demostró que todo era falso y calumnioso», aseguró Aguirre.
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A tenor de las informaciones periodísticas, Lapuerta tenía datos «muy concretos» sobre el patrimonio de los dos cargos autonómicos y le comentó al 'número dos' de Aguirre que no veía relación entre su sueldo y sus bienes, además de criticar adjudicaciones de la Comunidad. Cuando González negó la veracidad de las acusaciones, según el diario, el entonces tesorero del PP dijo ser policía honorario por haber ocupado un cargo en el antiguo Ministerio de la Gobernación y aseguró que «tenía contactos» en la Policía y en la Guardia Civil.
En el tormentoso comité ejecutivo del 2 de junio pasado, antes del congreso convocado para zanjar la crisis interna provocada por la derrota en las elecciones generales, Ignacio González se mostró especialmente duro y desabrido con la línea oficial. Visiblemente irritado, Rajoy pidió prudencia y deslizó un comentario que los miembros del ejecutivo identificaron como una respuesta al vicepresidente madrileño: «Después de más de veinte años en la Administración, nadie ha podido decir de mí que he gestionado mal los recursos públicos».
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