Juanjo Neyro fallece a los 58 años
Se mantuvo dos décadas en la élite del arbitraje español, en el que se fraguó la imagen de colegiado pétreo y, por encima de todo, bilbaíno sin dobleces
J. M. CORTIZAS
Domingo, 9 de noviembre 2008, 03:42
La noticia, como suele ocurrir cuando algo no se espera, corrió como la pólvora. Desde la mañana de ayer se sucedieron los mensajes y llamadas en torno al mundo del baloncesto. Mala señal, tal acumulación de comunicaciones. Lógico, al conocerse su contenido. Todas lloraban la muerte de Juanjo Neyro (Bilbao, 14 de junio de 1950), el más reconocido árbitro de baloncesto que surgió de la capital vizcaína junto a Juan López Vicente. Tenía 58 años y una profunda tristeza desde que enviudó, justo ahora hace un año. Pero sus allegados no habían detectado ninguna señal de alarma en torno a algún problema de salud.
Apareció muerto en su domicilio en la mañana de ayer. Todo apuntaba a un fulminante infarto que segó su aún joven vida. El hecho impactó al entorno del basket, que no daba crédito a lo ocurrido.
Neyro, antes que árbitro, era un embajador de Bilbao. Su condición de ciudadano del 'botxo' era su tarjeta de visita. Fuera y dentro de la pista. Lo que peor podía sucederle a un equipo era que su ambiente se volviera hostil contra él. Eso acrecentaba su valentía para pitar, para no achantarse ante nada ni nadie. Como en el quinto partido del 'play-off' por el título en el curso 1988-89, que en adelante quedó marcado como 'la final de Neyro'.
El Palau blaugrana era un hervidero. Enfrente, el Real Madrid de Petrovic. El saldo: 42 personales para los blancos y 17 para los culés. Los visitantes, que perdieron, acabaron jugando con cuatro hombres en pista al haber sido eliminados un total de ocho. Todo un carácter. Pétreo. Inquebrantable ante sus convicciones.
Alumno de Escolapios, entró en el mundo del arbitraje en 1966. Llegó a la máxima categoría doce años después y permaneció en ella durante dos décadas exactas, con la internacionalidad adornando su palmarés en el último quinquenio de su carrera. Dirigió un total de 421 encuentros y apadrinó la llegada al arbitraje de Kiko de la Maza.
Sus peores momentos deportivos no le llegaron tras actuaciones polémicas, sino a la hora de superar las pruebas físicas anuales, dado que padecía asma. Compaginó su carrera arbitral con la profesión de visitador médico.
Antes del partido de esta mañana en La Casilla se guardará un minuto de silencio en su memoria y los jugadores del iurbentia Bilbao Basket lucirán lazos negros en señal de duelo.