Salaberri y el coro Araba, creado en 1968. / SOCIEDAD LANDÁZURI
NUESTRO PATRIMONIO

Premio para Sabin Salaberri

El compositor y docente alavés sintió desde muy joven la llamada de la música

SOCIEDAD LANDAZURI

Lunes, 21 de abril 2008, 04:45

Ayer tuvo lugar en Ibarra la entrega del Premio Manuel Lekuona, concedido por Eusko Ikaskuntza- Sociedad de Estudios Vascos, a Sabin Salaberri, considerando los méritos que concurren en el destacado músico.

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Salaberri, nacido en 1934, sintió desde joven la llamada de la música. Para ello contaba con un ambiente favorable, principalmente en el pequeño núcleo de la iglesia, con el organista, el coro y numerosos aficionados. Se diría también que en el aire estaba la huella de grandes músicos, sobre todo de Vicente Goicoechea, hijo de Aramaio igualmente, una de las personas más importantes de la música religiosa de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, maestro de la capilla de la catedral de Valladolid. Todo el mundo reconoce a Goicoechea haber renovado, con otros, la música religiosa en España, música cuya calidad media dejaba tanto que desear.

Precisamente Sabin Salaberri, ya en su carrera eclesiástica, fue autor de investigaciones acerca de Goicoechea, empezando por su Memoria de Licenciatura 'Vicente Goicoechea y Errasti, renovador de la música religiosa española'.

El coro Araba

Durante años, Salaberri fue director de la Schola Cantorum del Seminario, desplegando una gran actividad entre los seminaristas. Las tareas docentes continuaron después en la vitoriana ikastola Olabide, antes de dedicarse de lleno al Conservatorio Jesús Guridi, en cuya dirección sucedió a Carmelo Bernaola al jubilarse éste en 1991.

En 1968, hace ahora cuatro decenios, unos entusiastas jóvenes vitorianos crearon el coro Araba. Se trataba de cultivar y dar a conocer la música vasca, principalmente en la provincia, pero también con recitales fuera de ella. Y todo ello se hizo en medio de no pocas dificultades, con las autoridades que pedían la traducción de las letras para la autorización. Salaberri fue el director indiscutido, desarrollando una labor muy intensa, y también en un aspecto que no puede despreciarse en el mismo coro: la música latina.

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Sabin Salaberri ha recogido en su trayectoria no pocos reconocimientos. Recordemos, por ejemplo, que, como director del Coro Araba, recibió la distinción Landázuri. En 1996 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es miembro de Eusko Ikaskuntza y de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. En 1999 el Aramaio le nombró Hijo Predilecto. Y en 2006 recibió el Celedón de Oro en reconocimiento al ingente trabajo realizado a favor de la ciudad de Vitoria.

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