¿En la cuerda floja? Seis ideas que debes desterrar si te van a despedir
Lo primero que has de hacer: moverte antes de que llegue el momento
Iratxe Bernal
Sábado, 21 de junio 2025, 18:50
Así, a bote pronto, el titular puede sonar agorero, pero solo refleja una de las características más destacadas de nuestro mercado laboral, que es el ... de mayor rotación de la UE. Somos, de hecho, los europeos con más probabilidades de perder el trabajo. Y lo que da más miedo; todos somos vulnerables, independientemente de nuestra valía profesional, experiencia o cargo. Así que toca ponerse las pilas y cambiar un poquito nuestra manera de pensar para, si llega el momento, afrontarlo de la manera menos traumática.
«Cuando acabas de perder el empleo y estás en pleno duelo no sienta bien que otro venga a decirte que eso puede ser una oportunidad, pero lo es. El problema es que, si no estamos preparados, si no entrenamos la empleabilidad cuando estamos trabajando, supone un gran golpe», explica la experta en recursos humanos Pilar Llácer, autora de 'Te van a despedir y lo sabes' (Almuzara), quien nos invita, para empezar, a desprendernos de algunas creencias.
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Vernos imprescindibles
«Es algo que, en el fondo, pensamos todos. Quizá no lleguemos a creer que la empresa no va a funcionar sin nosotros, pero sí tendemos a pensar que somos mejores que otros compañeros. Y, efectivamente, puedes ser mejor profesional que tu compañero incluso de una manera objetiva, pero no asumas por eso que el despedido vaya a ser él si el día de mañana la empresa tiene que elegir entre uno y otro porque puede no ser así. Como en la vida, en una empresa no siempre impera la justicia», advierte.
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Esperar a que nos echen
Es un error esperar a que nos echen para empezar a movernos. Hay veces que el despido nos puede llegar de manera sorpresiva –tiembla, por cierto, si te llaman de recursos humanos un viernes por la mañana o justo antes de un período vacacional–, pero hay otras en el que la posibilidad ya flotaba en el aire. «Hay personas que trabajan en un sector que no atraviesa un buen momento y en el que los EREs están a la orden del día o están en una empresa que va a ser absorbida por otra con el consiguiente recorte de plantilla para evitar duplicidades y, sin embargo, no hace nada para preparar su mañana», lamenta Llácer. «Siempre hay que anticiparse, tanto si vamos a poder seguir haciendo el mismo trabajo como si tendremos que reinventarnos y buscar en otro sector. Cuanto antes nos pongamos a ello, mejor podremos evaluar nuestras posibilidades», insiste
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Confiar en la formación de la empresa
«Que la compañía nos ofrezca formación continua está bien, pero también hay que sumar todo lo que podamos por nuestra cuenta», dice la experta. Si a ese cursillo que nos van a dar simplemente para que no nos quedemos obsoletos le añadimos otro que aborde cualquier aspecto de nuestro trabajo más profundamente estaremos mejorando nuestras posibilidades para ese día en que quizá nos encontremos compitiendo por un puesto con algún excompañero.
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No hay tiempo para formarse
«A veces es complicado, pero también tenemos que ser conscientes de cuantas veces la falta de tiempo no es una excusa. Yo ahora mismo estoy haciendo un curso 'online' y le dedico el mismo tiempo que otros emplean en ver vídeos de recetas en una red social o series en una plataforma», asegura Llácer.
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Los contactos sólo funcionan para los altos mandos
«Siempre hay que cuidar nuestra marca profesional. ¿Eres activo en LinkedIn? ¿Te conoce la gente que tiene un trabajo igual o similar al tuyo? ¿Conoces tú a las personas adecuadas para mover tu currículum? Esto vale tanto para un directivo como para quien tenga una FP, solo cambia los círculos en los que hay que moverse, pero hay que moverse siempre», subraya.
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El autobombo no se hace
El cuidado de la reputación tiene una derivada clave; también hay que aprender a venderse. Interna y externamente. De hecho, quizá eso nos hubiera servido en nuestra empresa anterior para ser elegidos frente a ese compañero que trabajaba peor que nosotros. «Hay que atreverse a decir 'yo estoy aquí y este es el trabajo que hago', aunque eso conlleve una cierta exposición pública», recomienda la experta, quien ve en esta animadversión al autobombo, especialmente entre las mujeres. «Tendemos a creer que es necesario ser, además de buena trabajadora, muy humilde y no; hay que hacer visible el valor de nuestro trabajo. Esto es como el 'presentismo'. ¿Es justo que se valore más el estar que lo que se rinde? No, pero las cosas funcionan así y hay que acatar las normas del juego. No esperes que la valoración de tu trabajo surja de los demás; espabila y házselo notar», recomienda.
De hecho, Pilar Llácer incluso aconseja ser muy activo en las redes, desde LinkedIn a Instagram y Tik Tok creando contenido profesional que hoy despìerte el interés de nuestros colegas pero también el de quienes quizá mañana reciban nuestro currículum. «Hay empresas que ven mal esa exposición, como si estuviéramos buscando empleo, cuando en realidad podemos actuar como embajadores de la compañía, y visto así, quizá nos convirtamos en empleados menos prescindibles que otros».
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