Bollos con magnesio, leche con calcio… ¿qué alimentos enriquecidos merecen la pena?
Cada vez hay más alimentos enriquecidos en el mercado. Distinguir cuáles merecen la pena y cuáles no es una tareja compleja: «Muchas veces se hace por interés comercial»
Hacer la compra se ha vuelto una tarea complicada. No como resolver problemas matemáticos ni como operar a corazón abierto, vale. Pero sí empieza a ... parecerse a una yincana. A la que te descuidas, ¡zas!, has metido en el carrito algún tipo de producto 'inadecuado'. Y no nos referimos al chocolate Dubái o a los cereales del desayuno recubiertos de miel –que son caprichos, placeres culpables, y eso ya lo sabemos– sino a alguna de esas creaciones del marketing que nos prometen salud... algo que en muchos casos es muy cuestionable.
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El mercado de los alimentos enriquecidos es un buen ejemplo de ello. Cada vez hay más en los estantes del supermercado. Desde el yogur 'mejorado' con vitamina E hasta los cereales con B3 pasando por la sal con yodo, el zumo con zinc o la carne vegana con hierro. Unos duran más en el mercado y otros desaparecen pronto. ¿De qué depende? De que 'conecte' con el consumidor.
¿Qué son exactamente?
«En principio, los alimentos enriquecidos son aquellos a los que se añaden vitaminas y minerales y tienen un gran potencial para suplir las deficiencias nutricionales de la población», señala Ana Belén Ropero, profesora de Nutrición y Bromatología en la Universidad Miguel Hernández. Si, por ejemplo, por nuestro estilo de vida y por nuestra dieta no somos capaces de tomar suficiente calcio, podríamos intentar darnos ese 'punch' que nos falta consumiendo productos naturales ricos en él y añadiendo otros a los que se les incorpore en la fabricación.
La cifra
84 %
de los alimentos enriquecidos no puede considerarse saludable según el útlimo estudio del proyecto BADALI
Este sería el caso de la leche, a la que no se le ponen pegas porque se le añada calcio, vitaminas E, D... Es uno de los productos que más consenso acumula entre los expertos en las cosas de comer y la salud. Y su consumo es alto: el año pasado, tomamos 8,79 litros por cabeza en nuestro país. Va a menos, eso sí (en 2019 superábamos los 10 litros per cápita) pero también porque el consumo de leche ha descendido en favor de las bebidas vegetales.
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Cuidado con el marketing
Sin embargo, no todos los productos enriquecidos tienen tan buena prensa. Solo dos de cada diez se pueden considerar como saludables. Esta es la conclusión del último análisis que ha hecho el equipo BADALI de la Universidad Miguel Hernández. BADALI es, además, una herramienta docente surgida en 2013 en el área de investigación de esta universidad y que ahora mismo es una referencia para todos aquellos que quieren saber si ese alimento procesado que meten en la cesta tiene buena calidad nutricional.
«El enriquecimiento voluntario de productos parece obedecer más bien a un interés comercial, a una estrategia para introducir nuevas variedades o para distinguirse de la competencia» que a mejorar nuestra salud, añade Ropero, directora del proyecto. Y es que el marketing nos ciega porque al ver la etiqueta de rico en alguna vitamina o algún mineral, los consumidores creemos «que son mejores que los no enriquecidos e, incluso, que por llevarlos se convierten en saludables». Y no, un chocolate rico en selenio no se convierte en ello por incluirlo en la lista de ingredientes.
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Leche y ¿qué más?
El enriquecimiento «no puede usarse como un mecanismo de compensación por una mala calidad nutricional», denuncia la docente e investigadora. De hecho, este es el principal obstáculo que tenemos que sortear con el carrito en la yincana del supermercado. De los más de 4.300 productos que el equipo de BADALI incluyó en este estudio, «el 84% de los que estaban enriquecidos no pueden considerarse saludables». Había de todo: barritas, galletas, cereales de desayuno, bebidas de frutas y vegetales, carne vegana, fermentados...
– ¿Y ese 16% que sí pueden meterse en la lista de la compra qué eran?
– Mayoritariamente, leche y yogures básicos, sin ingredientes adicionales.
Aditivos de moda
Otro dato más:las bebidas de frutas son los productos más enriquecidos: dos de cada cinco tenían añadida alguna vitamina. Y en el caso de las bebidas vegetales que se utilizan como sustitutos de la leche, una de cada tres llevaba calcio y una de cada cuatro, vitamina D.
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Hay alimentos enriquecidos saludables y otros «de mala calidad nutricional»
Y es que en esto de ver qué añadimos a qué también hay tendencias. A la industria alimentaria le gustan más las vitaminas que los minerales, aunque combinarlas es lo que mejor salida tiene en el mercado. Y la combinación ganadora es precisamente la de las bebidas vegetales. Por detrás quedan la vitamina C, la A o la E. En esta temporada en la que estamos, seguramente también saquen de los almacenes aquellos con vitamina B, zinc, Omega3... Así que si te toca hacer la compra después de leer esto, ojo con dejarse llevar por los cantos de sirena y las gominolas con magnesio.
En manos de la industria, pero con límites
¿Se le puede echar cualquier cosa a un producto y clasificarlo como enriquecido? «En Europa, no», dice categórica Ana Belén Ropero, profesora en la Universidad Miguel Hernández. Existe un reglamento que regula la adición voluntaria de vitaminas y minerales. En él se indica qué se puede añadir, sin embargo, no es perfecto y «no limita» el tipo de productos que se pueda enriquecer. De ahí que la industria se aproveche para intentar colarnos por sanos unos donuts o unas natillas enriquecidos.
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Por otro lado, hay países donde las autoridades obligan a enriquecer determinados alimentos para ayudar a reducir las carencias que tiene la población local. En Reino Unido, es obligatorio incluir ácido fólico en las harinas. En Argentina la sal debe llevar yodo, la leche entera en polvo entregada en los programas alimentarios nacionales debe contener hierro, zinc y ácido ascórbico (vitamina C), y la harina de trigo, hierro, ácido fólico, tiamina, riboflavina y niacina. En Bolivia el aceite lleva vitamina A, que también se añade al azúcar en Costa Rica, El Salvador, Guatemala...
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