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En ocasiones los hallazgos arqueológicos más sonados no vienen de excavaciones en curso, sino de la revisión de materiales obtenidos en trabajos y proyectos anteriores. ... En buena parte, este es el caso de los restos humanos datados indirectamente hace más de 150.000 años, los más antiguos localizados hasta ahora en Bizkaia y posiblemente en Euskadi, que fueron presentados este miércoles en el Arkeologi Museoa de Bilbao. Son fragmentos óseos de una sola persona, una mujer neandertal con marcados rasgos arcaicos, hallados en uno de los yacimientos clásicos de Bizkaia, la cueva de El Polvorín, en el municipio encartado de Carranza. Algunos de estos restos estaban depositados en el mismo museo desde 1983, tras ser encontrados por un grupo espeleológico, pero no habían sido identificados hasta 2020. A esta mujer prehistórica, la primera de la que ahora se tiene noticia en el territorio y posiblemente en Euskadi, se le ha dado el nombre de 'Andere'.
El estudio de estos restos fósiles ha sido realizado por un equipo de investigación encabezado por el paleontólogo Asier Gómez-Olivencia, del Departamento de Geología de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), que se encargó de su presentación, en la que estuvo acompañado por Begoña de Ibarra, directora general de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia;; Gorka Moreno Márquez, vicerrector del Campus de Bizkaia de la UPV/EHU, y Etor Telleria, director del Arkeologi Museoa.
La cueva de El Polvorín es un yacimiento histórico y se cuenta entre los muchos que excavó José Miguel de Barandiarán durante la primera mitad del siglo XX. En este caso fue en 1931, en compañía de Telesforo Aranzadi. Pero los restos presentados ahora provienen de un punto de la cavidad bastante alejado del que excavó Barandiarán. Es la Sima I.
«Llegar a nuestro yacimiento no es fácil», explicó Gómez-Olivencia. «Hay que arrastrarse por una gatera unos 50 metros, y luego bajar por una sima vertical de unos 7 metros y una rampa», para salvar un desnivel total de unos 30 metros. «En la primera campaña, llegar nos costaba unas dos horas». El yacimiento de la Sima I lo descubrió en 1982 un grupo de espeleología que encontró huesos de osos y de hienas, unos materiales que fueron depositados en el museo en 1983. Otra exploración espeleológica aportó otro lote en 2000.
«Nuestra investigación empezó en 2020 –precisó el paleontólogo–. Estábamos revisando todos estos restos de fauna y nos llevamos una sorpresa tremenda al encontrar restos humanos mezclados con los animales». Este hallazgo dentro del museo dio pie a «montar un proyecto de investigación» que desde 2021 se encarga de excavar y conocer mejor este yacimiento.
La suma de lo excavado en la cueva y lo encontrado en el museo es un conjunto excepcional de 18 restos humanos, «9 identificados en el museo y los otros 9 extraídos en las campañas de 2021 y 2022». Y son excepcionales porque «de entrada, los huesos no se repiten. Todos pertenecen a un individuo adulto y tienen un tamaño similar». Forman un conjunto coherente, «por lo que nuestra hipótesis de trabajo es que pertenecen al esqueleto de un solo individuo. Por el tamaño, y al compararlos con otros neandertales, podemos suponer que pertenecen a una mujer. Por eso la hemos bautizado como 'Andere'», aclaró Goméz-Olivencia. «Tiene rasgos muy claros de neandertal, pero tiene otros que solo se han dado en los restos encontrados en la Sima de los Huesos de Atapuerca», datados en torno a los 430.000 años, cuyo linaje es el de los primeros neandertales.
En la Sima I de El Polvorín «el fósil estrella del año 2022 fue el fragmento de cráneo frontal con un torus supraorbitario –el arco sobre los ojos– muy marcado». Una de las pistas más importantes la ha dado otro hueso, en este caso del antebrazo, «el radio. Muestra una curva típica de los neandertales, muy diferente al de nuestra propia especie, que es mucho más recto». Pero este de El Polvorín es todavía más particular: «Lo que lo distingue de los neandertales típicos es la posición de la inserción para el bíceps, que es más adelantada». Precisamente como en los fósiles de la Sima de los Huesos. «Son detalles anatómicos muy precisos que nos permiten situar a esta persona dentro de la escala evolutiva».
Esta cercanía anatómica a los ejemplares preneandertales de Atapuerca «nos lleva a hablar, siendo prudentes, de 150.000 años de antigüedad», para 'Andere', «pero como hipótesis de trabajo creemos que podría estar entre 200.000 y 300.000». De ser así, los huesos de 'Andere' serían los restos humanos más antiguos localizados hasta ahora en el País Vasco.
La datación directa, como la que se pudo hacer en su día con el húmero neandertal de Lezetxiki (Gipuzkoa) «es complicada» con los hallazgos de El Polvorín, «una cueva geológicamente muy complicada, que ha sufrido varias fases de relleno y vaciado y en la que los sedimentos están muy removidos». Los fósiles «no solo están en el suelo, sino que también se encuentran en paredes y en techos».
Los huesos de 'Andere', que debía de ser «una mujer adulta de entre 1,50 y 1,60 de estatura», estaban mezclados con restos de hienas y de osos. Pero no se puede aventurar si esto refleja alguna interacción entre ellos. «La fauna no tiene marcas de corte», comentó Gómez-Olivencia. Los osos podrían haber muerto durante la hibernación. Quizá las hienas, atraídas por el olor de la carroña, murieron perdidas en la sima. Quizá 'Andere' sufrió una caída fatal. Quizá todo fue arrastrado por el agua hasta un pozo natural. Son preguntas que tratarán de recibir respuesta en las investigaciones en curso y en las que vengan en el futuro.
El proyecto dirigido por Asier Gómez-Olivencia, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Geología de la Universidad de la UPV/EHU, cuenta con un equipo multidisciplinar de especialistas en paleobiología, tafonomía, geología y geocronología, tanto de la UPV/EHU como de otras instituciones españolas (Cenieh, Iphes, Universidad Complutense de Madrid) e internacionales como la Universidad de Burdeos, el Museo de Nacional de Historia Natural de París y la Universidad de Cambridge.
La Sima I Polvorín forma parte del conjunto de yacimientos vascos de Euskadi que han proporcionado evidencias de ocupaciones neandertales entre hace unos 200.000 y 40.000 años, como Axlor (Dima), Aranbaltza (Barrika), Arlanpe (Lemoa), Lezetxiki (Arrasate), Amalda (Zestoa). Sin embargo, el número de yacimientos con restos humanos es mucho más escaso. Según a explicado Asier Gómez-Olivencia, «Axlor ha proporcionado un resto craneal, un premolar perteneciente a un adulto y cuatro dientes de leche; Arrillor (Zigoitia, Araba) ha proporcionado un único diente de leche y el yacimiento de Lezetxiki ha proporcionado restos de distintas cronologías». Por un lado, el húmero de Lezetxiki, recuperado por el equipo de José Miguel de Barandiarán en los niveles inferiores del yacimiento. Este húmero presenta ciertos rasgos similares a los húmeros de la Sima de los Huesos y fue datado por el equipo dirigido por Concepción de la Rúa (UPV-EHU), arrojando una edad mínima de 164.000 años (+/- 9.000 años). Por otro lado, los niveles superiores de Lezetxiki han proporcionado dos restos dentales, recientemente re-estudiados por un equipo dirigido por Diego López Onaindia (Université de Bordeaux).
De los 18 fragmentos óseos contabilizados en El Polvorín, podrán verse 7 en una exposición sobre neandertales que tendrá lugar próximamente en el Arkeologi Museoa. Los demás fósiles están en fase de estudio con el objetivo de enviar una publicación científica internacional en los próximos meses.
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