Yoko Shimomura, entre Chopin y Super Mario
La compositora japonesa, muy influyente por obras como 'Kingdom Hearts', recibirá uno de los premios honoríficos del festival Fun & Serious
La carrera de Yoko Shimomura como compositora para videojuegos arrancó en un ambiente dramático, entre llantos y discusiones. Aquella prometedora intérprete de piano, que había empezado a tocar a los 4 años y acababa de completar sus estudios en el conservatorio de Osaka, tiraba por la borda un seguro porvenir como profesora de música para dedicarse a acompañar las peripecias de unos personajitos animados. «Mis padres lloraron, mis amigos se preocuparon y mis maestros se quedaron atónitos», ha resumido en alguna ocasión la propia creadora japonesa, cuya apuesta de futuro no pudo funcionar mejor. En las tres décadas transcurridas desde entonces, Shimomura se ha convertido en una de las compositoras más exitosas del universo de los juegos, que a su vez ha ido ganando peso y respetabilidad hasta introducirse en los circuitos de la música clásica e influir de manera notoria en el pop.
«Yoko Shimomura nos ha regalado momentos de una poesía impresionante, con una capacidad de conmoción, una magia y una eficacia incuestionables», resume Alfonso Gómez, el director del Fun & Serious, que en su novena edición va a reconocer su trayectoria con el Premio Pionera. La compositora, de 52 años, protagonizará además una de las VIT Talks del festival, que se celebra del 6 al 9 en el BEC y está impulsado por EL CORREO con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno Vasco-SPRI, el patrocinio de BBK y la colaboración de BBVA, AEVI y el Ayuntamiento de Barakaldo.
De algún modo, la formación clásica de Shimomura se ha ido haciendo más evidente a medida que pasaban los años, ya que las carencias técnicas de las viejas consolas la obligaban a esquematizar sus creaciones. En los últimos tiempos, en cambio, la evolución del 'hardware' le ha permitido desarrollar sus piezas en plenitud, con una riqueza instrumental reservada antaño a las ediciones discográficas. Aunque, a decir verdad, tampoco parece que la compositora experimentase aquellas limitaciones como un suplicio: apasionada de Chopin, Ravel y Debussy, pero también 'gamer' desde la infancia, defiende que lo fundamental siempre ha sido que la música acompañe de manera «cómoda» el desarrollo del juego.
Sonriente y humilde
Su primer empleo, aquel que en 1988 la llevó a defraudar los planes trazados por sus padres, fue en la compañía Capcom, donde destacó su contribución a 'Street Fighter II' y 'Final Fight'. En 1993 pasó a Square e inició una etapa en la que escribió para juegos como 'Super Mario RPG' o 'Kingdom Hearts', seguramente su obra más recordada, una combinación de originales y temas de bandas sonoras de Disney arreglados por ella. Y, desde 2003, trabaja como 'freelance' en series como la propia 'Kingdom Hearts' o 'Mario & Luigi', aunque también ha publicado álbumes ajenos a la industria del videojuego y otros con versiones pianísticas y orquestales de sus éxitos. Su estilo más representativo entronca con el romanticismo europeo del que es tan devota, pero en su producción se puede detectar una asombrosa variedad de influencias, desde el pop de los 70 hasta texturas 'ambient' o planteamientos cercanos al metal.
Su música se interpreta en programas sinfónicos y millones de aficionados la adoran, pero no da la impresión de que el reconocimiento y la fama hayan alterado en absoluto el talante de la sonriente y humilde Yoko Shimomura. Un reportaje reciente de 'Vice' la describe como «amable y modesta, igual que la profesora de piano de un instituto», y ella misma ha reconocido el asombro que le sigue produciendo el impacto global de sus composiciones: «Los japoneses trabajamos a diario en nuestros pequeños estudios domésticos, siempre delante del ordenador, y no nos damos cuenta de que nuestra música llega a todo el mundo -ha declarado en una entrevista-. Desde luego, yo no me siento como una superestrella de la música de videojuegos».