Nuestras primeras impresiones con 'Samurai Warriors 5'

El patio de recreo de Omega Force está plagado de 'musou' con los que pasar el rato: la compañía japonesa abraza la condenada tarea de tomar las riendas en un género que se atraganta fácilmente durante los upgrades generacionales; aún así, hemos podido disfrutar de verdaderas joyas que hoy tristemente pocos recuerdan, socavadas bajo un alud de novedades con mucho mayor éxito comercial.

Tras un par de años desde la última entrega de Samurai Warriors, la franquicia (miembro selecto de la estirpe de los 'Dinasty') toma una bocanada de aire y se atreve con un reinicio absoluto: nuevas preferencias estéticas y visuales, un remodelado al punto en la plantilla de héroes e interesantes aplicaciones jugables. Todo ello sazonado con una buena cantidad de modos de juego.

Durante las primeras cinemáticas, mis ojos se ven embelesados por un estilo 'cel shading' en tinta china: el nuevo arte otorga valor añadido a la estética histórica oriental que construye el lore del juego. Los responsables saben que carecen de los medios suficientes para aprovechar todo el músculo de las plataformas vigentes, por lo que precisan destacar en otras comitivas de lo visual. Desde luego han acertado: la jugada recuerda al mítico 'Street Fighter IV' y su singular apartado gráfico, alejado de ostentosidades innecesarias.

Precisamente, las nuevas implementaciones artísticas se aprovechan otorgándole un mayor peso a las cinemáticas: ahora, los capítulos de la campaña estarán mucho más enfocados a lo histórico. Las hazañas del periodo Sengoku quedarán mucho mejor narradas a través de CGI antes, durante y después de cada contienda. Tendremos incluso lore en las pantallas de carga, para así distraer al usuario a los mandos. Cada personalidad dentro de la guerra cobra mayor importancia, y esto se ve reflejado en el gameplay diferenciado del plantel.

Jugablemente sigue al pie de la letra los axiomas del género: somos uno contra mil, el bravo guerrero de habilidades sobrenaturales que se pasea entre las enajenadas masas del ejército enemigo, pero sufre durante los enfrentamientos individuales contra un general o capitán. En esto, los 'Warriors' siempre han estado más cerca del cine 'Wuxia' que de Sun Tzu y su 'Arte de la guerra', lo propicio para un videojuego de acción en tercera persona. La novedad de esta quinta iteración es el progresivo desarrollo de habilidades en combate, desbloqueadas a base de subir de nivel a los personajes, frente al estático 'moveset' que suelen ofrecer este tipo de productos: los nuevos combos son la guinda que incita a seguir jugando, más allá del compendio de armas 'crafteable' o las características pasivas de los héroes (daño elemental, alcance, velocidad...).

Para sacarle más el jugo al asunto, habrá capítulos en los que será posible cambiar de personaje durante la partida, en tiempo real, y cada uno de los guerreros dispondrá de misiones específicas. Desgraciadamente, no es una mecánica aplicada al combate, por lo que el cambio no dispondrá opciones 'tag' como ocurría en 'Warriors All Stars' (donde podíamos investigar diferentes combinaciones de ataques entre los tres personajes controlados). Lo que sí se nos permitirá es usar movimientos 'musou' en conjunto. Además se ha añadido una opción de 'parry' a la guardia, con la que desarmar durante unos instantes a cualquier enemigo si pulsamos el botón en el momento adecuado. Se favorecen así las actitudes ofensivas frente a la pasividad.

Por el momento, el título nos llega únicamente doblado al japonés y traducido al inglés. Chirría un poco dados tantos pasos a nivel narrativo, aunque tampoco exige un nivel muy descabellado. La banda sonora combina instrumental propio de la música tradicional japonesa con elementos modernistas más cañeros, casando estupendamente con el ritmo frenético de las partidas.

Hasta aquí las sensaciones que deja la versión preview del juego. Ahondaré en sus premisas conforme se aproxime su lanzamiento, el 27 de julio.