Por si llegamos a la final

Ya queda muy poco para que los más de 1.820 jóvenes de 58 centros educativos que este curso participan en STARTinnova sepan quiénes son los finalistas del concurso de ideas de negocio. Y mientras el jurado realiza esa selección, ellos guardan la ilusión de estar entre los elegidos preparando la exposición que tendrían que hacer en la gran final. Algunos de los colegios pueden realizar este ensayo ante sus mentores, que como parte del mundo de la empresa o la Administración, no dudan en darles consejos para rematar su paso por el certamen de la mejor manera posible.

Los últimos en hacerlo han sido los alumnos del Colegio El Regato, tutelados por Arantza Basurko, que visitaron las instalaciones de Taller Usoa Lantegia, en Barakaldo. Allí, su gerente, Argiñe Martínez, y la educadora Jone Villarejo se mostraron «felices por poder colaborar en dar las últimas pinceladas a unas propuestas muy prometedoras».

En concreto, las ideas de negocio que escucharon plantean la fabricación de juguetes imantados que se podrían recoger con un guante también dotado de imanes; una proveedora de comida saludable para máquinas expendedoras; una empresa fabricante de táperes de aluminio con baterías de litio para calentar la comida sin necesidad de microondas; una ingeniería que adaptaría sillas de ruedas para que, a partir de las instrucciones del GPS, puedan desplazarse con autonomía salvando cualquier obstáculo; y una cafetería en la que 'alquilar' por horas una mascota abandonada y que financiaría un servicio para llevar los animales a hogares de personas mayores.

Mientras, sus rivales del colegio Zabalburu hacían lo propio ante Roberto Castro, socio fundador de Loizaga Construcciones. «Es una gozada poder oír las ideas de los emprendedores de mañana, a los que creo que el mejor consejo que les podemos dar es que escojan hacer lo que más les guste», les dijo. En su caso, los grupos tutelados por Xabier Oregui y Miriam Otxandategi se centraron en la fabricación de coches que funcionan con un mix de energías renovables; una agencia de viajes que sondea los gustos del viajero para ofrecerle un destino sorpresa; una aplicación de acompañamiento a víctimas de delitos en la calle; una app que leería textos a las personas con discapacidad visual; una máquina para reciclar prendas y reutilizar los tejidos; tablets que se cargarían con todo el material académico y permitirían prescindir de los libros; y un espacio donde, como terapia antiestrés, los clientes podrían destrozar electrodomésticos en desuso.

En Durango, su teniente alcalde, Julián Ríos, visitó el colegio San José Jesuitak y la ikastola Ibaizabal, donde le esperaban los alumnos tutelados por Aitor García e Iratxe Bernedo. Los primeros participan con cuatro proyectos: la fabricación de tablas de surf realizadas con fibra de carbono reutilizada; zapatillas capaces de adaptarse al crecimiento de los niños y adolescentes; una app para organizar la agenda diaria; y candados que sustituyen las llaves por las huellas digitales del usuario.

En Ibaizabal, donde los alumnos participantes pertenecen a los grados de integración social y educación primaria, las propuestas van desde la creación de un complejo cultural para los jóvenes a un servicio para dar formación y acompañamiento a los padres a grupos de tiempo libre especializados en fomentar la cultura vasca, y centros de ocio alternativo para completar las enseñanzas recibidas en la escuela o especializados jóvenes con alguna discapacidad. «Es muy interesante ver el interés que los jóvenes muestran por mejorar su entorno aunando en la mayoría de los casos la creación de empleo con la concienciación social», subrayó Ríos.

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