Los vascos retrasan la entrega del primer teléfono a sus hijos

Según el Instituto Nacional de Estadística, en la comunidad autónoma vasca este índice ha bajado un 10% desde 2020, cuando la tasa era del 75,5%. Según las últimas cifras, recabadas durante el año pasado, ese porcentaje baja hasta el 65,8%, situando a Euskadi entre las comunidades autónomas con unas cifras más bajas de España, y donde mejor se observa los esfuerzos dedicados para retrasar la entrega de un teléfono inteligente.

Si se atiende a las estadísticas, el porcentaje de niños con móvil ha ido descendiendo en los últimos cuatro años, al igual que ocurre en Navarra (62,6%). En el otro extremo se encuentra La Rioja, donde ocho de cada diez menores de 10 a 15 años tienen móvil, la tasa más alta del país, junto con Extremadura (79%).

¿Y qué hay detrás de este retroceso en Euskadi? Eneko Tejada, investigador del grupo Weablearnerde de la UPV/EHU, indica que una de las posibles razones sea «la expansión de movimientos de familias que se han juntado para discutir sobre la relación entre los menores y la tecnología», como puede ser Altxa Burua, que ya aglutina a miles de familias en Bizkaia, Gipuzkoa y Alava. En cuanto al uso que hacen los niños de estas tecnologías, un reciente estudio publicado por la UPV y liderado por el equipo Weablearner constató que los críos de 11 y 12 años «usan estos dispositivos, sobre todo, para hablar con familiares y amigos. Están en las redes sociales, sí, pero más como consumidores que como parte activa», subraya Tejada.

Con las estadísticas del INE de los últimos años se puede constatar que las familias vascas empiezan a tener cada vez más reparo a la hora de entregar el primer 'smartphone' a sus hijos, porque después de 15 años de incremento, desde 2022 se están dando valores similares a los que había en el año 2006, cuando no era tan habitual que los preadolescentes contaran en propiedad con uno de estos aparatos.

«Hay un salto muy grande entre sexto de Primaria y la ESO», comenta Tejada en relación a la personalidad de cada niño y las etapas en las que se solía entregar un 'smartphone'. «Lo de tener el primer móvil inteligente es una especie de rito iniciático, si se le quiere llamar así. Antes, ese 'salto' a la madurez se daba para algunos con el acto de fumar», reflexiona.

Altxa Burua ya ha logrado reunir más de 20.000 firmas para exigir al Gobierno vasco que prohíba el uso de los teléfonos en los colegios. Y los objetivos son más de uno. Además de intentar evitar la falta de atención de los escolares en sus tareas yrespaldar a aquellos centros con familias más complicadas, quieren resaltar la gravedad que, a su juicio, se merecen las pantallas al ser un problema «de salud pública». Entre los perjuicios que acarrea el uso excesivo de las pantallas y de las redes sociales se encuentran el sedentarismo, la pérdida de la capacidad de concentración, los problemas de salud mental, la afección en la calidad del sueño, el ciberacoso... «Los móviles están detrás de muchos problemas de convivencia en los colegios», inciden.