Ni supermeteorito, ni perseidas: los restos de un cohete chino iluminaron el cielo en el sureste español
Decenas de cámaras captaron durante la noche del domingo el reingreso en la atmosfera del vehículo espacial Jielong-3 lanzado el 8 de agosto
Coincidiendo con la noche en la que las perseidas estaban en su punto álgido y cientos de miradas apuntaban al cielo, una gran bola encendida atravesó la atmósfera durante la noche del domingo. Desde ese momento empezaron a circular diversas conjeturas sobre lo que era ese objeto que había provocado que el cielo se viese iluminado por un gran halo de fuego. El CSIC, a través de la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos (SPMN), ha despejado las dudas. «Apenas dormimos para dar explicación racional al bólido artificial generado por la etapa superior del cohete #Jielong3. Gracias a todos los que compartisteis vídeos», publicaban en la red social X.
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Los investigadores del SPMN estuvieron toda la noche siguiendo la estela de los restos que el cohete chino, Jielong-3, fue dejando a lo largo de la geografía española. Los habitantes de Mallorca, Cádiz, Alicante, Tarragona, Zaragoza o Barcelona fueron algunos de los afortunados que pudieron disfrutar del espectáculo nocturno que ofreció la entrada de los restos en la atmósfera.
Poco después de las 23.50 horas, cuando tuvieron registro de que habían comenzado a ver la entrada de los objetos desde Paguera en Mallorca, el SPMN avisó a sus seguidores de qué era lo que estaban viendo: «OJO: La reentrada y progresiva fragmentación de ingenios espaciales es un fenómeno que puede durar minutos, caracterizado por sus trayectorias extensas y rasantes, con múltiples piezas». Así descartaban que se pudiese tratar de un supermeteorito que formara parte de las Perseidas.
Este fenómeno se produce cuando un objeto (basura espacial) vuelve a la Tierra y lo hace a gran velocidad. La fricción con la atmósfera genera temperaturas extremas que queman y desgastan su superficie. Un proceso denominado ablación. Al mismo tiempo, el calor intenso hace que el objeto se rompa en múltiples fragmentos de menor tamaño, lo que provoca que el aire y el objeto se carguen de energía. Al liberarse esta energía, se producen los destellos brillantes en el cielo.
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