Tontxu, el vizcaíno fallecido en un barranco en Suiza, un amante de la fotografía de paisajes salvajes

«Cuando fundé el club de montaña Tontxu me echó una mano en un montón de cosas. Él ya tenía experiencia en espeleología y siempre había estado muy implicado con la gente joven, con las fiestas y con todo el que le pedía ayuda», destaca el presidente de Azpigorri, Jon Millan, conmocionado por la noticia.

Tontxu, cuyo hermano forma parte de la directiva del club de montaña, trabajaba como mecánico dentista y compartía su afición por la naturaleza con su esposa Itziar, con la que solía viajar en una furgoneta camperizada. Con ella fue también al cantón suizo de San Galo donde una tormenta se llevó su vida y la de sus compañeros.

Tontxu había sido ciclista, hasta que se dañó una rodilla, y era un deportista experimentado. Al igual que sus compañeros de expedición había recorrido barrancos por todo el mundo. Conocía de primera mano los paisajes de los desiertos de Utah, en Estados Unidos, Isla Reunión o Madeira, entre otros, y era un habitual de los Pirineos y los Alpes franceses, suizos e italianos. Era aficionado a retratar con su cámara no solo los lugares más exóticos, sino también otros cercanos como el monte Eretza. Sus fotografías de gran belleza aparecieron en blogs y exposiciones colaborativas como 'Senderos de agua y roca', que a comienzos de este mismo año todavía se pudo ver en Barakaldo. La revista japonesa Canyoning Magazine publicó un artículo suyo sobre los barrancos de Artazulo y Lizebar en el Valle de Ollo (Navarra) que también se difundió en inglés en Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y Europa.

Muchos de sus paisajes fueron reconocidos por distintos medios y a menudo realizaba la difícil labor de fotografiar a otros espeleólogos remontando un accidente geográfico desde los ángulos más llamativos. En una entrevista González explicó que aunque arrastraba la afición desde hacía tiempo, dio el salto a la fotografía más profesional durante un viaje a Ethiopia. Llegó a impartir cursos y ganó premios como el de fotografía Pyrenaica hace dos años.

Los vecinos de Güeñes le describen como «extrovertido», «con un humor muy particular» y siempre dispuesto «a darlo todo». «Había hablado de este viaje y de que no sabía si lo iba a poder realizar por el Covid-19, pero cuando vieron que se abría una ventana de oportunidad allí que se fueron», detalla Millan.

El director del festival Mendifilm, Jabier Baraizarra, le recuerda como una persona habitualmente callada, pero «que cambiaba radicalmente cuando comenzaba a hablar de su trabajo». «Era un torbellino. Se emocionaba y transmitía esa misma emoción a sus interlocutores», relata. También describe una de las últimas instantánea de Gonzalez, llamada 'Dama Blanca', en la que un escalador trepaba por una cascada en invierno. «Hay que entender que son unas condiciones muy complicadas y que hace falta mucho temple, fortaleza. Hay que estar muy curtido. Pues lo explicaba con la máxima sencillez, como si fuera fácil», añade.

Por su parte, Xabi Gardeazabal, miembro del concurso internacional CVCEPhoto de fotografía de actividad de montaña, con el que González coincidió en las dos últimas ediciones, le describe como «un tipo muy campechano y simpático». «Ha sido un golpe duro para nosotros. Es el segundo compañero que fallece en la montaña en dos meses», se duele. El Ayuntamiento de Güeñes, por su parte, también envió sus condolencias y apoyo para los amigos y familiares de los cuatro jóvenes víctimas del accidente.