La madre que murió con su hija en Laredo provocó el incendio
El informe pericial de la Guardia Civil certifica que ambas fallecieron asfixiadas por el humo en el trágico suceso del pasado mes de octubre
José carlos rojo
Lunes, 27 de enero 2020
Primero llegó la conmoción; cuando en la madrugada del pasado 4 de octubre Laredo despertó conmocionado por la muerte de Catalina Eguren, una madre de ... 49 años natural de Derio; y Aroa Castillo, su hija de siete, en el número 14 de la calle Espíritu Santo, en plena Puebla Vieja, intoxicadas por el humo de un incendio en su propia casa. Luego vinieron las preguntas, las cuestiones acerca de lo ocurrido, que han tenido que aguardar respuesta hasta la conclusión de la investigación del Equipo de Incendios del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil (ESIN), con base en Logroño.
Los expertos plasmaron esas respuestas en un informe entregado al Juzgado de Instrucción número 2 de Laredo -que lleva el caso-. En ese documento se acredita que el origen del fuego se halló en el sofá del salón, que previamente fue rociado con un material combustible para luego prenderlo fuego. Los investigadores consideran que todo es, por tanto, «compatible con un incendio provocado».
Además, la puerta del piso era blindada y estaba cerrada por dentro y la madre tenía antecedentes psiquiátricos. Padecía cuadros de ansiedad y depresión, por lo que precisaba tratamiento farmacológico, algo que ha conducido a los expertos de la Guardia Civil a considerar que todo lo sucedido puede encontrar «compatibilidad con el suicidio». Todo apunta, según estas conclusiones, a que la madre pudo causar el incendio que terminó con la vida de ambas.
Un hilo de vida
Cuando estaban extinguiendo las llamas y ventilando la casa, los bomberos encontraron a ambas dentro de una habitación, tendidas en la misma cama. A la pequeña le quedaba un hilo de vida, por lo que fue trasladada al hospital de Laredo. Pero pese a los intentos por recuperarla, durante el traslado y ya en el centro hospitalario, no se pudo hacer nada. La madre estaba en peor estado. Una parada cardiorrespiratoria llevó a los sanitarios a desalojarla en segundo lugar. El informe acredita ahora que ambas fallecieron intoxicadas, por inhalación del humo.
Todos los hechos conducen a la «sospecha de homicidio» para hablar del fallecimiento de la pequeña. Pero al encontrarse muerta la madre, a la que se le podría imputar la autoría del delito, la causa no tiene más recorrido. Todo apunta por tanto a que la jueza ordenará el archivo de la causa.
Hace cuatro años que madre e hija vivían solas en ese piso, propiedad de la familia del exmarido. El padre de Aroa, Álex Castillo, es conocido en Laredo por regentar un negocio de fontanería. El edificio Espíritu Santo -el suceso ocurrió en el segundo derecha-, está rehabilitado y la casa donde vivían las fallecidas, también. Es una vivienda pequeña, un dato importante para comprender la magnitud del desastre y cómo el fuego pudo alcanzar cada rincón del hogar en pocos minutos.
Fue pasada la una de la madrugada de aquel fatídico 4 de octubre cuando Miguel Ángel, de 20 años, regresaba a su casa, se percató del humo que salía por una ventana y por la rendija alta de la puerta y alertó al 112 para movilizar a sanitarios y bomberos para tratar de evitar lo que ya era inevitable.
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