Hallan un puño americano en casa de un detenido por el crimen de Samuel

Según desvela 'Abc', agentes de la Brigada de Policía Judicial de A Coruña descubrieron el arma y los dos martillos en la casa de uno de los dos menores arrestados el pasado viernes por su presunta implicación en el crimen, que a petición de la Fiscalía ingresaron al día siguiente en un centro de internamiento. Ambos fueron señalados por testigos en una rueda de reconocimiento, y uno de ellos tiene antecedentes policiales. De hecho, según lo que ha trascendido, es el único de los seis detenidos hasta el momento con un historial delictivo previo a la muerte de Samuel, por la que afrontan los cargos de homicidio o asesinato. Las fuentes consultadas por el diario madrileño no precisaron si es en su vivienda o en la del otro menor de 18 años donde estaban los objetos sospechosos.

El hallazgo del puño americano no fue casual. Los investigadores iniciaron los registros tras desvelar la autopsia que algunas de las lesiones sufridas por el joven auxiliar de enfermería podrían haber sido producidas con un arma de este tipo. Según informa Patricia Abet citando a personas próximas al caso, la víctima presentaba tres «puntos de rotura» en el cráneo causados con gran probabilidad por un objeto contundente de naturaleza metálica. Los hundimientos son compatibles con el uso de un puño americano, aunque también con otros objetos. El análisis del cadáver reveló también que Samuel fue estrangulado durante el linchamiento, si bien la causa de la muerte no fue esa, sino los golpes en la cabeza.

Las investigaciones policiales continúan también con el visionado de las grabaciones obtenidas en el escenario del crimen y las pruebas testificales, según confirmó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, quien insistió en todo caso en que «los principales supuestos autores» ya están detenidos y en manos de la Justicia. Serían los dos adolescentes señalados, los tres varones mayores de edad que se encuentran en prisión provisional en Teixeiro (A Coruña) y la chica que fue puesta en libertad pero con la obligación de comparecer regularmente en dependencias judiciales.

«Será el juzgado quien tenga que valorar la implicación de cada uno de ellos y la motivación del asesinato u homicidio, según se decrete», explicó Miñones. En el segundo caso, la condena oscilaría entre 10 y 15 años de cárcel, pero, si se confirma que hubo ensañamiento o alevosía, la pena por asesinato va desde los 15 hasta los 25 años. También está aún por determinar si tras la paliza, que según algunos testimonios se llevó a cabo entre gritos de «maricón», hay una motivación homófoba. «Están abiertas todas las líneas», despachó el delegado del Gobierno.