

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
sergio garcía
Martes, 15 de septiembre 2020, 01:29
Llevaba algo más de dos meses viviendo a cuerpo de rey, entre La Línea de la Concepción, epicentro de su imperio, y Sotogrande, la urbanización ... de lujo pegada a Cádiz. Pero poco le ha durado la alegría a Antonio Tejón, líder del conocido clan de los Castañas y considerado junto a su hermano Francisco el mayor traficante de hachís del Campo de Gibraltar, lo que es tanto como decir de Europa. Agentes de la Guardia Civil le detenían ayer en un juzgado de La Línea de la Concepción (Cádiz) cuando se dirigía declarar como tiene obligación de hacer cada dos semanas. El arresto se produjo momentos antes de mediodía y, según testigos, parece que Antonio intentó darse a la fuga, aunque sin éxito. En el marco de la operación, que continúa abierta y sobre la que pesa el secreto de sumario, se han practicado más detenciones y no se descarta que en la próximas horas la cifra de colaboradores siga creciendo.
El señor de la droga había quedado en libertad el pasado julio. La última vez que Tejón fue arrestado acababa de abandonar el centro penitenciario de Albolote por decisión de la Audiencia de Cádiz, contraria a que se prorrogase la prisión provisional de Tejón tras cumplirse el plazo máximo de privación de libertad -dos años- sin que se le hubiera juzgado por una causa pendiente que él y su hermano tienen, cómo no, por un alijo de hachís. Allí le esperaban no sólo su familia, también un nutrido grupo de guardias civiles que procedieron a detenerlo como presunto autor de delitos de blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y cohecho, todo ello en el marco de la 'Operación Gums', que se saldó con otros cuatro arrestos uno de ellos de una agente del instituto armado.
Pero el celo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no obtuvo el resultado previsto. Una jueza le impuso una fianza de 12.000 euros, una cantidad que se antoja ridícula para alguien con un historial delictivo como el suyo. Así las cosas, Antonio Tejón ha disfrutado del verano como sólo él sabe hacerlo. Hasta ahora.
Abrazada a Gibraltar, La Línea es uno de los semilleros más notables de la delincuencia en España. Con una tasa de paro que supera el 37% -y que se ceba con especial furor entre los más jóvenes-, la promesa de dinero fácil es una tentación difícil de ignorar para los 'aguaores', como se conoce a los que vigilan los movimientos de la Guardia Civil o de la Policía Nacional para evitar que a estos narcos les arruinen la fiesta. Una tarea que puede suponer entre 600 y 1.200 euros. Y eso sólo en una noche. Toneles, Atunara, San Bernardo. Barrios todos ellos donde la delincuencia ha hundido sus garras hasta extremos inimaginables. Antes con el contrabando de tabaco y ahora con el del hachís, que según palabras del alcalde Juan Franco, no es difícil ver desembarcar a las 4 de la madrugada en cualquiera de las playas que se extienden a la sombra del peñón.
tentación
Los Castañas y como ellos otros clanes -el Messi, Los Futbolistas, el Mauro- son los artífices de esa realidad abracadabrante que se alimenta con cada 'goma' que cabalga el Estrecho (Marruecos está a solo 14 kilómetros ), equipada con tres o cuatro motores fueraborda de 350 caballos, catorce metros de eslora y hasta 3.500 kilos de hachís en fardos. Antes de que ese comercio adquiera tintes dramáticos, la industria del narco moviliza a dueños de embarcaciones de recreo, pesqueros, propietarios de varaderos, pilotos de coches, proveedores...
La Guardia Civil mantiene una lucha desigual por acabar con ese clima de impunidad. Desigual porque, aunque actúe al amparo de la ley, la franja litoral a cubrir es cada vez mayor y el 'narco' no deja de innovar, desde los fardos que son abandonados en alta mar con geolocalizadores hasta las 'guarderías en caliente' donde espera la droga recién desembarcada a que se enfríe la vigilancia. Hace dos años, en agosto, el asalto a un centro de salud de La Línea marcó un punto de inflexión en esta guerra sin cuartel. Sicarios armados rescataron a un lugarteniente de Antonio Tejón, llevándoselo a plena luz del día. La respuesta no se hizo esperar. La Secretaria de Estado de Seguridad lanzó la consigna de redoblar la presión policial, aumentando la cifra de decomisos y arrestos.
En todo este tiempo, el clan de los Castañas ha estado siempre en el punto de mira. Ocurrió con la operación 'Trapera' -más de 600 guardias civiles, 40 registros, un centenar de detenciones-. O con 'Domus', esta vez en la zona conocida como Villanarco, donde fue detenido un hijo de los Tejón. «El objetivo es que no tomen aire, que sientan el aliento en el cogote», comentaba ayer desde Sevilla uno de los jefes al frente del operativo. Hasta cuándo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Multas por las gallinas 'sin papeles'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.