Cronología del crimen de Oviedo: las últimas horas de Erika Yunga

Erika sale a las 14.15 horas del martes del IES de La Ería acompañada por cuatro amigas. Entre el centro educativo y su domicilio hay una distancia de entre 7 y 8 minutos a pie. En el transcurso del camino, el grupo se entretiene en un parque cercano.

Llega al portal en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, se despide de sus compañeras y toca el timbre de su piso. En la planta cuarta del edificio, en su vivienda, la esperan su padre y su hermano, que le han abierto la puerta, para almorzar.

La niña accede al portal y sube los primeros escalones. En el rellano que da acceso al ascensor y las escaleras la sorprende su verdugo: un hombre de 1,80 metros de estatura y delgado. La apuñala reiteradamente con un arma blanca. Ella trata de defenderse.

Arrastra su cuerpo unos tres metros, ya en la primera planta, hasta el piso en el que vive, el 1ºE. Deja un reguero de sangre. En el interior de la vivienda, de 53 metros cuadrados, se atrinchera el presunto homicida con la niña yaciendo.

En el cuarto piso, el padre de Erika pide a su hermano que baje a buscarla ante su tardanza en subir. El hermano ve la cazadora de la menor tirada en el suelo entre sangre y un reguero que conduce hasta la vivienda del moldavo.

Los vecinos avisan al 112. Las ambulancias y la Policía Nacional llegan a las 15.27 horas. Al no poder acceder a la vivienda por la puerta principal, los agentes entran por un patio trasero y se encuentran con el «atroz» escenario.

Los policías leen sus derechos al presunto homicida, que tiene 32 años y lleva apenas tres semanas en el piso, y ya no pueden hacer nada por la niña. El detenido no declara por haberse autolesionado con hasta veinte puñaladas.

La ambulancia traslada al presunto homicida al hospital a las 16.15 horas, donde permanece ingresado desde entonces. Tuvo que ser operado y recibió varias bolsas de sangre. A las 17.53 horas, los servicios funerarios sacan el cadáver de Erika.