Los niños electrocutados: «Todos subieron a la torre de alta tensión por la escalera, la trampilla no vale para nada»
La Ertzaintza investiga si la estructura de Usurbil en la que se electrocutaron dos niños el sábado cumplía con las normas de seguridad
Beñat Arnaiz | Lara Ochoa
Martes, 11 de marzo 2025, 07:09
«No vale para nada. Todos, tanto los niños como los dos adultos, subieron a la torre de alta tensión por la escalera, que es ... totalmente accesible. Cualquiera entra por ahí». Son las palabras de una testigo del episodio en el que dos niños sufrieron una descarga eléctrica el sábado por la tarde en una torre de alta tensión en el polígono industrial de Osinalde, en Usurbil. Uno de los heridos, de 11 años, continúa ingresado en la unidad de grandes quemados del Hospital de Cruces. Según el Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana, se mantiene estable dentro de la gravedad. La otra herida, de 15 años, fue dada de alta el mismo sábado por la noche.
La Ertzaintza ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias en las que los dos menores recibieron la descarga eléctrica en la plataforma principal de la torre de alta tensión, un suceso que ha causado gran impacto en el entorno de la zona industrial. Ayer, paseantes y trabajadores se detenían junto a la torre para observarla. Un mismo comentario se repitió en varias ocasiones: «¿Cómo es posible que no haya ninguna señal de peligro y su escalera sea tan accesible?».
La torre se encuentra junto a un paseo y llegar al primer peldaño de la escalera vertical es relativamente fácil porque la instalación no está vallada ni cubierta por ninguna estructura que impida acceder a ella y porque la escalera, a pesar de no estar anclada al suelo, apenas tiene altura. Además, no hay ninguna señal visible que alerte del peligro mortal de acercarse a ella. La única advertencia solo es apreciable si una persona se coloca justo debajo de la torre, desde donde se puede leer 'Alta tensión, peligro de muerte' en un cartel con letras negras y fondo amarillo colocado en la parte inferior de una trampilla que separa el tramo inicial de la escalera vertical con la restante, la que permite llegar a la plataforma principal.
Empresas de mantenimiento consultadas por este periódico han explicado que para poder subir a la torre de manera convencional existe una llave que desbloquea y abre la trampilla ubicada en las escaleras de acceso. Sin embargo, según testigos directos en el primer auxilio y en el rescate del niño herido, todas las personas ascendieron a través de la escalera y la trampilla no fue un impedimento. Es decir, no lo hicieron escalando por el exterior de la estructura, lo que pone en duda la efectividad de la única barrera existente para evitar que personal no autorizado trepe a lo alto de la torre, ya que esta cubre la mitad del hueco de la escalera y una persona, y sobre todo un niño, no tiene dificultades para caber.
Uno de los puntos determinantes de la investigación es por tanto saber si la instalación cumplía con las medidas de seguridad y la normativa vigente, una información que es «primordial» conocer y a la que el Ayuntamiento de Usurbil esperará para «determinar qué medidas tomar» para que este trágico suceso no vuelva a repetirse, «cada uno asumiendo las responsabilidades que corresponden».
Propiedad y normativa
En ese sentido, resulta clave de quién es la instalación. El Consistorio señaló el domingo a ETB que iba a exigir a Iberdrola que supervisara sus torres en la localidad. Sin embargo, la compañía eléctrica explicó a primera hora de ayer a través de un comunicado que «el apoyo de la torre de tensión donde se produce el accidente se encuentra en propiedad privada y es a su propietario a quien corresponde mantener la seguridad y delimitar el acceso a dicha torre, así como el mantenimiento de las debidas y obligatorias medidas de seguridad». Es decir, que a pesar de que Iberdrola es el productor, transportador y distribuidor de energía eléctrica la estructura no es de su propiedad. El Consistorio eludió entrar «en ese debate» de a quién pertenece la torre, al ser «momento para estar con la familia», y señaló en una nota que queda a la espera de la investigación «para determinar qué medidas debe tomar».
La legislación actual exige que «cuando se produzca un accidente o una anomalía en el funcionamiento de una instalación que ocasione víctimas, daños a terceros o situaciones de riesgo, el propietario de la instalación deberá redactar un informe descriptivo del accidente o anomalía, tanto para determinar sus posibles causas como a efectos estadísticos y de corrección, en su caso, de la reglamentación aplicable». Información que debe remitir en un tiempo máximo de tres meses a los órganos competentes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo y de las Comunidades Autónomas.
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