Dos de los tres profesionales afectados en el brote de Santa Marina se habían inmunizado

Dos de los tres profesionales sanitarios contagiados en el brote del hospital de Santa Marina, en Bilbao, estaban vacunados. Así lo confirmó este miércoles la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, durante su intervención en el Parlamento vasco. El foco detectado en el centro de la capital vizcaína afecta ya a un total de 23 personas: los 3 citados empleados, 14 pacientes y 6 familiares.

Hasta este miércoles se sabía que se había infectado una doctora, pero se desconocía si había recibido o no el suero de Pfizer-BioNtech, que cuenta con un 95% de efectividad. El día anterior la titular del área dio por hecho que la médico sí estaba inmunizada, pero lo hizo a modo de suposición, por la polémica vacunación masiva que se celebró en este hospital a principios de enero, en la que se incluyó a personal no sanitario, entre ellos a mensajeros o técnicos de la máquina de 'vending'.

Un hecho que caldeó los ánimos en el Parlamento vasco y que provocó la dimisión del entonces gerente, José Luis Sabas. La gestión de la consejera también se puso en entredicho y se pidió que renunciase a su cargo.

Sin embargo, en la comisión de Salud celebrada este miércoles, Sagardui se mostró más clara al ser cuestionada por la portavoz popular, Laura Garrido, sobre este nuevo foco intrahospitalario detectado en el centro con mayores índices de contagio entre profesionales de toda Euskadi. Confirmó que dos de los sanitarios sí se habían vacunado. Un tercero, que según fuentes consultadas se trata de una auxiliar, no se encontraba inmunizada.

Se desconoce el motivo, pero solo puede ser debido a dos razones: porque rechazó la vacuna cuando se la ofrecieron o porque el fármaco estaba contraindicado para ella. Según datos a los que ha tenido acceso este diario, un total de 513 trabajadores de Santa Marina han recibido ya las dos dosis, mientras que a 545 les falta el segundo pinchazo. Sin embargo, 88 profesionales no se han inmunizado, 67 por haberse opuesto y 21 porque el suero podría afectar a su estado de salud y se les han recomendado evitar la inyección.

En todo caso, la infección de personas inmunizadas puede ocurrir, ya que la profilaxis contra la covid no es cien por cien efectiva. Hay un margen de error, pequeño, pero lo hay. Aunque el suero de Pfizer-BioNtech presenta una de las efectividades más altas de las tres vacunas que se comercializan en el mercado europeo, existe un 5% de posibilidades de que el ataque del virus vaya a buen puerto. «Entra dentro de la lógica que haya gente que desarrolle la enfermedad, pero son porcentajes bajos y va en relación con los ensayos clínicos», arguyó la titular del Departamento.

Según indicó, estos dos contagios no suponen ningún motivo de alarma y corresponde a la unidad estatal de fármaco-vigilancia valorar su importancia. Este dato se analiza y se estudia entre todas las comunidades. «Esto es algo que estamos monitorizando, el número de vacunados que se contagian después de recibir la primera y la segunda dosis», apostilló.

Los tres profesionales se encuentran en buen estado. También cabe recordar que la administración de la vacuna puede favorecer un cuadro de salud más leve. «Esperamos que así sigan», deseó Sagardui. Fue el lunes cuando este periódico supo que 21 personas se habían infectado por un brote en la quinta planta, la dedicada a cuidados paliativos, es decir, personas que se encuentran en el final de su vida.

Osakidetza investiga las circunstancias en las que pudo producirse el primer contagio, dado que gran parte de la plantilla se había vacunado. Fuentes consultadas por este diario señalaron que el origen del foco podría encontrarse en la visita de un acompañante. No obstante, se están analizando los casos para conocer si alguna de las nuevas cepas ha sido la causante de este brote.