«Los tratamientos son más eficaces y no vemos tantos cuadros terroríficos»

- ¿Cómo se ve en una placa un pulmón afectado por Covid-19?

- Nosotros usamos básicamente dos técnicas diferentes para el Covid-19, que son la radiografía y el escáner. En la radiografía, los hallazgos iniciales suelen ser pequeñas densidades, una imagen como blanquecina, muy tenue, que suele aparecer en los campos inferiores. Esto en los pacientes asintomáticos o poco sintomáticos. Cuando el paciente comienza a empeorar, estas densidades comienzan a extenderse y aparece un pulmón generalmente blanco, que se va extendiendo, y en los casos graves, es todo el pulmón el que ofrece esa imagen blanquecina. En el escáner, esas imágenes son mucho más marcadas y nítidas. En los casos más graves, podemos ver patologías asociadas a una cosa que sí que nos llamó la atención, que fue que el virus tenía tendencia a producir trombosis en los vasos.

- La patología más habitual que provoca el virus es la neumonía.

- Sí. El patrón es muy típico de una neumonía vírica, lo vemos en otros pacientes con esa patología con otro origen. Lo que es extraño en el Covid-19 con respecto a otras neumonías víricas normales es esa tendencia al tromboembolismo pulmonar, y en los casos más graves que acaban a la UCI, a cuadros de neumonía masiva que acaban necesitando ventilación asistida.

- Cuando vio los primeros casos, ¿qué le pareció?

- La primera vez que vi una placa de una persona contagiada fue por WhatsApp, me la envió un amigo. Pensé: '¡Y esto dicen que es una enfermedad con muy poquita entidad!'. Tenía claro que iba a ser más importante de lo que parecía. De hecho, tras eso comenzamos a preparar el servicio para lo que iba a venir.

- Con el paso de los meses, ¿ha variado algo la clínica en las placas que realizan?

- Lo que ha cambiado mucho es la eficacia de los tratamientos. Los intensivistas están haciendo un trabajo excelente y los resultados son mucho mejores. Los cuadros terroríficos que veíamos hace tiempo los vemos ahora con algo menos de frecuencia.

- ¿Cuadros terroríficos?

- Sí, sí. Además, en algunos casos, pacientes que no estaban tan mal tenían radiografías horrorosas. Al poco tiempo empeoraban, claro. La radiología es muchas veces una especie de alerta de la situación futura del paciente.

- ¿En la segunda ola siguen viendo ese tipo de radiografías?

- Sí, pero más espaciadas en el tiempo. Está todo más controlado y regulado, aunque el volumen de casos graves es alto. En este momento tenemos cerca de 50 pacientes en la UCI del hospital.

- ¿La experiencia de la primera ola, en qué les ha ayudado?

- La primera ola fue terrible, era como ir al monte con niebla. Ibas dando palos de ciego y predominó el principio de precaución. En la segunda sabemos mucho más, el resultado de los tratamientos es mejor, la mortalidad ha caído mucho, controlamos mucho antes los brotes y todo el mundo sabe cómo manejarse ante los protocolos nuevos.

- Sin embargo, hay contagios de profesionales en el hospital. ¿En Radiología han tenido muchos?

- Hasta la semana pasada ninguno, pero ahora estamos infectados dos radiólogos, una técnica y una enfermera. Probablemente nos hemos contagiado fuera del hospital.

- ¿Cómo está?

- Bien, estoy asintomático. Afortunadamente me lo detectaron enseguida, porque aunque vamos muy protegidos hubiera habido riesgo de expansión.

- ¿Y cómo están los profesionales que dirige en Radiología?

- Muy estresados y saturados de trabajo, pero todos han cumplido. Desde los radiólogos hasta el personal de la limpieza pasando por enfermeras, auxiliares, técnicos y administrativos. Estoy muy agradecido a su trabajo.