Osakidetza abre el viernes la vacunación a 270.000 jóvenes para cortar el auge del virus

El elevado número de nuevos casos entre los adolescentes y veinteañeros, fruto de los viajes de estudios y las 'no fiestas' de los pueblos de este inicio del verano, está incrementado de forma importante la incidencia acumulada en el conjunto del territorio español. En el caso concreto del País Vasco, se ha pasado de los 103 puntos del 26 de junio a los 183 de ayer, con un ritmo de crecimiento cada vez mayor y varios días en los que se han rozado las 500 nuevas infecciones.

Pero es que entre los menores de 39 años la tasa de contagios duplica la media vasca y entre los de 17 y 18 años «se multiplican por diez», como destacó ayer la consejera Gotzone Sagardui. Algunos expertos hablan de que podemos estar viviendo el inicio de una quinta ola por la rápida propagación del virus entre los muchachos, justo en el momento en que la pandemia parecía bajo control.

Para tratar de evitarla, el Gobierno vasco ha tomado la decisión de acabar con los grupos preferentes de vacunación. Hasta que el viernes se abra la citación a los jóvenes, Osakidetza va a mantener la planificación prevista. Durante esta semana se intensificará la administración de primeras dosis a treintañeros. La intención de Salud es llegar al domingo con, al menos, «la mitad» de esta generación con un pinchazo. Pero, a partir del fin de semana, la campaña se abre al resto de la población, sin criterios de priorización por edad.

«El objetivo es vacunar lo antes posible al conjunto de la sociedad, en función de las dosis que llegan», recalcó la titular del área. Este matiz es importante. En Euskadi están pendientes de inmunizar 270.000 personas de entre 16 y 29 años. Osakidetza no dispone de viales suficientes para llegar a todos en cuestión de días. El proceso durará semanas. A los chavales que no consigan cita en la primera tanda, Sargadui les envió ayer un mensaje de tranquilidad: les garantizó que las agendas van a permanecer abiertas durante todo julio y agosto.

Los jóvenes, por lo general, no sufren cuadros graves de la enfermedad y son pocos los que acaban en un hospital. Sin embargo, sí permiten que el virus siga circulando en niveles muy elevados. Y esto es algo que favorece la expansión del patógeno y la aparición de nuevas variantes. En estos momentos, la que más preocupa es la delta. Representa un 35% de los casos detectados en los últimos brotes. Pero lo más inquietante es que se trata de una cepa frente a la que la protección que aporta una única dosis es insuficiente, y en Euskadi hay aún 115.000 sexagenarios pendientes de recibir la segunda.

La menor llegada de dosis que está notando ya la comunidad marcará también la velocidad con la que se puede inmunizar a los jóvenes. Hoy por hoy, en España solo está autorizado que se les administre Pfizer y Moderna. Jans­sen todavía no está indicada por la Comisión de Salud Pública para menores de 39 años. Ambas fórmulas de RNA mensajero precisan de dos pinchazos y, al menos durante julio, van a llegar 79.560 unidades semanales del primer preparado, según indicó ayer la consejera, y otras 14.400 de la segunda.

En el caso de que todos estos 270.000 jóvenes se quieran vacunar –algo que con toda seguridad no ocurrirá, porque Salud reconoce una menor adherencia a la campaña a medida que desciende la edad de las personas a inmunizar–, Osakidetza necesitaría entre tres y cuatro semanas para llegar a todos ellos con el primer pinchazo. Y el doble para completar la pauta de todos ellos. Además, hay que tener en cuenta que durante este tiempo no se vacunarán solos. De forma paralela, Euskadi se seguirá administrando los sueros de RNA mensajero a treintañeros y vascos de 40 a 49 años que deben completar el ciclo vacunal.