Riesgos de tomar Ozempic y Wegovy
Ozempic y suicidios: la nueva investigación que analiza si los fármacos de moda para adelgazar favorecen las autolesionesLa Agencia Europa del Medicamento lanzó el pasado julio una alerta relacionada con casos de pensamientos suicidas tras el uso de los fármacos
Los populares fármacos para perder peso y tratar la diabetes como Ozempic y Wegovy llevan desde el verano en el punto de mira de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Su uso se ha extendido de una manera exponencial. Pero su cara, esa capacidad para combatir la obesidad, también tiene su cruz. En julio, Islandia reportó tres casos de pacientes tratados con ellos que sufrieron pensamientos suicidas o de autolesiones. Ante ello, se lanzó un alerta en Europa y se inició una investigación, apoyada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), para arrojar luz al asunto.
De momento, la EMA no ha vuelto a pronunciarse, pero una investigación de dos médicos estadounidenses constata que aquellos consumidores de estos medicamentos cuyo principio activo es la semaglutida no corren riesgo de suicidio... o no más que una persona que no los consume. El estudio, publicado en la prestigiosa revista 'Nature', fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE UU y se basó en un número de sujetos enorme: más de 1,7 millones de personas.
La cifra
20 millones
de personas en todo el mundo consumen Ozempic, Wegowy y Sexenda (otro fármaco más antiguo y menos efectivo para adelgazar cuyo principio activo es la liraglutida)
Las conclusiones de los galenos que lo lideraron son claros y tranqulizadores para quienes tienen recetado Ozempic y Wegovy: gozan «ligeramente» de menos probabilidadades de tener pensamientos suicidas que quienes no los toman. Es decir, el informe viene a decir lo contrario de lo que motivó la alerta de la EMA el pasado julio.
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Para llegar aquí, los investigadores observaron el comportamiento de dos grupos de personas: uno de 240.918 que tomaba Wegovy o similar, y otro de 1.589.855 que tenían recetado Ozempic u otras marcas con el mismo principio activo. Compararon la incidencia de pensamientos suicidas en estos individuos con la de personas similares que no tomaban los fármacos mencionados, pero sí otros para bajar de peso y antidiabéticos.
Informes anecdóticos en Islandia
El resultado, dicen, saltó a la vista: «No vimos ningún riesgo mayor, no importa cuánto lo intentamos», señala Rong Xu, director del Centro de Inteligencia Artificial en Descubrimiento de Fármacos de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, y que lideró el proyecto junto a su colega Nora Volkow, que dirige el Instituto estadounidense sobre el Abuso de Drogas. Eso sí, los galenos también afirman que hacen falta más investigaciones sobre el tema para estar completamente seguros. La suya es solo un primer paso y, además, parte de lo que se llama en el argot un estudio observacional, que no permite sacar conclusiones sobre causa y efecto sino solo asociaciones.
Lo que sí ponen en duda estos expertos es la interpretación de la naturaleza de los casos de Islandia y otros 150 que se están analizando desde entonces. Es decir, si esos pensamientos suicidas estaba relacionados con los medicamentos directamente o con otros problemas que tuvieran quienes los sufrieron. Volkow, de hecho, no cree que esos informes puedan servir para probar el riesgo de suicidio, los ve más bien anecdóticos.
Por su parte, Novo Nordisk, la farmacéutica que comercializa Ozempic y Wegovy, tampoco había advertido en sus ensayos clínicos que existiera este riesgo de autolesión. Y esta investigación publicada en 'Nature' les reafirma en su posición: «Los hallazgos del estudio respaldan nuestros datos de seguridad recopilados en esos ensayos y en la vigilancia que mantenemos poscomercialización».
Una reunión en abril en Europa
La Agencia Europea del Medicamento no se ha pronunciado de manera oficial sobre el asunto, pero su portavoz, Monika Benstetter, confirmó a 'The New York Times' en enero que la investigación continuaba. «El comité de seguridad «ha identificado algunas cuestiones que necesitan mayor aclaración y ha publicado nuevas listas de preguntas que deben abordar las empresas«, explicó. Asimismo, anunció una reunión en abril para abordar el tema. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA en sus siglas en inglés) se ha mostrado más receptiva y aunque sigue monitorizando los fármacos, todavía no ha encontrado «que los riesgos superen a los beneficios cuando se usan de acuerdo al etiquetado aprobado».
El precio
128 euros
es el precio de venta de Ozempic. Si la receta es para la diabetes, baja a 4 euros.
El éxito de Ozempic y Wegovy es mundial. Con solo seis años en el mercado, estos medicamentos agonistas del receptor GLP-1 (una hormona intestinal) se han mostrado eficaces para combatir la obesidad y el riesgo de diabetes. Ello ha hecho que muchos médicos se los receten a sus pacientes de forma rutinaria. Hasta tal punto, que incluso hay periodos de desabastecimiento en el mercado, como la que sufre ahora mismo Bizkaia.
Su funcionamiento se debe a que imitan a la hormona intestinal GLP-1, que al ser pinchada en el cuerpo aumentan la sensación de saciedad en el individuo. En vez de durar unas horas, dura varios días. Con esto, se regula el apetito, que depende del hipotálamo. Y es eficaz con dos tipos de hambre: la intestinal y la emocional. Esta última es la que nos lleva a comer por ansiedad o por el puro placer de disfrutar de determinados alimentos.
El precedente de Acomplia
Las sospechas de que Ozempic y Wegovy puedan aumentar los pensamientos suicidas se tomaron muy en serio el pasado verano porque en el mercado ya existía un precedente, el de Acomplia, cuyo principio activo es el rimonabant. Este fármaco también tenía el mismo objetivo, reducir el apetito en pacientes obesos para que perdieran peso junto a dieta y ejercicio. Se empezó a comercializar en 2006. Pero en 2008, la EMA recomendó suspender la venta al registrar trastornos psiquiátricos severos, depresión, pensamientos suicidas y suicidios consumados. Su funcionamiento, eso sí, no se basaba en el mismo que Ozempic o Wegovy, pero al final, los tres afectan al sistema de recompensa del cerebro, lo que hizo saltar las alarmas tras los casos de Islandia.