Ketamina y electroshocks para tratar la depresión severa y la esquizofrenia
La unidad de Psiquiatría de Basurto es reconocida por el empleo de terapias punteras en el abordaje de las patologías mentales agudas
En el mundo de la sanidad la innovación no solo se circunscribe al ámbito de la investigación, al desarrollo de tratamientos para el abordaje de ... enfermedades como el cáncer o a procesos quirúrgicos complejos. También se da en la psiquiatría y la unidad del hospital de Basurto dedicada a las patologías mentales es buena prueba de ello. En los últimos años ha incorporado el uso de la ketamina y la terapia electroconvulsiva para tratar los casos de depresión severa y, en menor medida, los de esquizofrenia.
Ambas son terapias llamativas. La ketamina es un potente anestésico que en los últimos años ha tenido más trascendencia social por ser empleada en la calle como droga recreativa y de abuso. Sin embargo, también se ha descubierto que tiene una gran capacidad terapéutica en aquellas personas que no han sido capaces de superar una depresión con otros tratamientos. Los psiquiatras de Basurto la emplean con éxito en estos pacientes, hasta el punto de haber desarrollado uno de los programas específicos más relevantes de todo el Sistema Nacional de Salud y ser reconocidos por la Universidad Rey Juan Carlos.
Basurto trata estas enfermedades a nivel psicológico, social y farmacológico
tres abordajes
Con la terapia electroconvulsiva también han logrado muy buenos resultados en aquellos enfermos que no consiguen superar su depresión, así como en algunos que padecen esquizofrenia. Se trata de una técnica en la que se induce una crisis epiléptica en el paciente. «Resetea el sistema nervioso central y produce una reducción de los síntomas, sobre todo en los trastornos afectivos graves», explica Miguel Ángel González Torres, jefe de Psiquiatría del hospital de Basurto. Además, gracias a la colaboración de los anestesistas, se logra emplear esta técnica sin que el paciente manifieste convulsiones musculares.
300personas son ingresadas al año por esquizofrenia en el hospital de Basurto.
La esquizofrenia afecta al 1% de la población y es una de las patologías mentales graves que más tratan en las unidades de hospitalización psiquiátrica. En la de Basurto uno de cada tres ingresos se debe a este motivo. Casi 300 personas cada año. Esta enfermedad suele debutar en adultos jóvenes de entre los 18 y los 24 años y tiene, por lo general, una evolución más favorable en las mujeres.
Aunque los afectados tienen predisposición a sufrirla, se da con más frecuencia en aquellos que han sufrido experiencias adversas durante la infancia, situaciones de miseria económica, de maltrato o de inmigración. También, en algunos casos, existe un componente genético. No porque una persona sufra esquizofrenia sus hijos la van a padecer, apunta González Torres, pero sí tienen más posibilidades. Aquellos que consumen drogas también son candidatos a padecerla.
Se induce una crisis epiléptica para resetear el sistema nervioso sin que el paciente convulsione
técnica
Conciencia de la enfermedad
Esta enfermedad se caracteriza porque los afectados pierden el contacto con la realidad durante las fases agudas. Para ellos es una situación muy angustiosa. A esto se suma que la esquizofrenia tiene un fuerte estigma social del que carecen otras patologías mentales. De ahí que muchos afectados opten por evitar que se conozca que la sufren, lo que la hace doblemente dolorosa para ellos.
La unidad que dirige este especialista aborda los trastornos mentales graves desde tres ámbitos. Por un lado la biológica y farmacológica. Por otro está la que se centra en psicología individual del afectado. En Basurto, además del trabajo particular con cada enfermo, apuestan por las terapias colectivas por sus buenos resultados. «El grupo es una herramienta poderosísima si logras que el paciente se sienta parte de él e intervenga», destaca González Torres. La tercera pata de este abordaje se centra en identificar los aspectos sociales que han podido dañar a esa persona e influir en el desarrollo de su patología, para determinar «qué experiencias podemos poner en marcha para que le ayuden».
La esquizofrenia supone uno de cada tres ingresos en hospitalización psiquiátrica
tipología
La esquizofrenia es una de las afecciones mentales en las que ese triple enfoque logra buenos resultados. Pero para ello, apunta el jefe de Psiquiatría, es también esencial implicar al enfermo. Convertirle en parte activa de su cuidado, como si de una diabetes se tratase. «Sacar a un paciente con esquizofrenia de un brote agudo es relativamente sencillo. El gran reto es que no vuelva a recaer y para ello es necesario que tome conciencia de su enfermedad y actúe en consecuencia», indica.
Para ello es básico que siga el tratamiento que le pauten los especialistas y que evite tóxicos como el cannabis. «Está demostrado que cuanto mayor es su consumo, más aumentan las recaídas de personas con esquizofrenia. Por eso nos preocupa que exista cierta trivialización de esta droga en la sociedad».
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