Hallan en tampones concentraciones de un herbicida 40 veces más altas que las permitidas en el agua
La OMS ya calificó en 2015 el glifosato como «probablemente cancerígeno»
Un laboratorio británico ha hallado en tampones menstruales concentraciones de un pesticida tóxico 40 veces más altas que el límite legal establecido para el agua ... potable. Se trata del glifosato, un herbicida de uso extendido en la agricultura y catalogado en 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probablemente cancerígeno para los humanos».
En agosto de 2024 los investigadores enviaron al laboratorio quince cajas de tampones de conocidas marcas que se pueden comprar en cualquier supermercado o farmacia de Reino Unido. En una de las cajas se encontró glifosato en una cantidad de 0,004 mg/kg, mientras que el máximo permitido en el agua en la Unión Europea (y en Gran Bretaña) es de 0,0001mg/kg. El glifosato habría llegado a este producto de higiene íntima a través del cultivo intensivo de algodón, material con el que están hechos los tampones. La OMS ya advirtió hace una década de la relación entre este compuesto y el cáncer y también está asociado al párkinson.
«No es ninguna sorpresa. El uso abusivo de este herbicida de amplio espectro en la agricultura industrial ha provocado que el glifosato se halle en casi todo: desde al agua de la lluvia a la orina de los animales o la leche materna», explica Luis Ferreirim, portavoz de Greenpeace. Además de asociarse a algunas enfermedades, «se sospecha que actúa como un disruptor endocrino y que es tóxico para la reproducción».
La ONG mantiene desde hace años una cruzada para tratar de que se prohíba este pesticida, «que se comercializa desde la década de los 70 y está presente en cincuenta productos a la venta en España». «En 2017 intentamos parar la renovación de la licencia para usar glifosato, que se concede por diez años. Logramos que se renovara solo por cinco, pero en 2022 han vuelto a autorizar su uso durante una década más», lamentan desde Greenpeace. Y recuerdan que «en Estados Unidos se han interpuesto 125.000 demandas por los supuestos efectos cancerígenos de esta sustancia eficaz contra las malas hierbas con la que se rocían cada año millones de hectáreas de tierras de cultivo, parques y hasta aceras».
«Exposición crónica»
Los autores de la investigación británica explican que este producto puede penetrar en nuestro cuerpo «por inhalación, ingestión o absorción». Para medir el riesgo que supone el uso de los tampones han comparado la capacidad de absorción en el interior de la vagina con el nivel de penetración a través de la piel del antebrazo y han hallado que en los genitales es «entre 10 y 80 veces mayor».
«La exposición al glifosato no es puntual, sino crónica. Al usarse en la agricultura penetra en el suelo, se filtra en el agua y sus residuos permanecen en los cultivos, de modo que está en lo que comemos, en el agua que bebemos y en nuestros cuerpos». Además, advierten desde Greenpeace, «afecta a otros seres vivos, desde algas microscópicas hasta peces y moluscos, ranas y lombrices de tierra. Y, al reducir la diversidad y la cantidad de especies vegetales, puede afectar a seres vivos cruciales para la agricultura, como son los polinizadores».
Sobre las consecuencias de la prolongada exposición a estas y otras sustancias, Luis Ferreirim recuerda que «los riesgos se evaluan analizando las sustancias de una en una, no cuando actúan de forma sinérgica porque en los tampones hay, además de glifosato, otros productos químicos y no se está estudiando cuál es el efecto de la combinación de todos ellos».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
- Temas
- Greenpeace
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.