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Santo Domingo de la Calzada, un pueblo de poco más de 6.000 habitantes, se ha convertido en triste protagonista de un reportaje en 'The Guardian'. «Cómo una pequeña ciudad española se convirtió en uno de los puntos críticos de Covid-19 en Europa». Ese es el título con el que comienza un extenso artículo en el que el diario habla con varios vecinos que cuentan su experiencia, algunos de ellos muy críticos con la gestión inicial de la situación. El periódico inglés señala que «sin suficientes datos del gobierno regional» ha sido la propia ciudad, de corte medieval, la que ha tenido que llevar el recuento de fallecidos. «El abad, Francisco Suárez, cree ahora que 42 personas murieron en las seis semanas posteriores al 16 de marzo», destaca, y añade que «es imposible saber exactamente cuántos fallecieron por Covid-19, en comparación con otras causas».
Tras varios párrafos en los que la información hace un repaso a la evolución del coronavirus en España, Santo Domingo vuelve a ser protagonista. «En Santo Domingo ya había pistas sobre lo que estaba por venir», asegura, y habla de «un aumento inusual de las muertes desde el 8 de marzo». Menciona también los casos ocurridos en la residencia de la localidad y cómo los mayores, pese a la situación que sufrieron, mandaron una foto al diario 'La Rioja' con un cartel: «Estamos todos bien».
'The Guardian' hace referencia también a que el Gobierno riojano no informó de los datos por localidades: «En las sesiones de prensa diarias en Logroño los días 21 y 22 de marzo, las preguntas sobre Santo Domingo fueron rechazadas, incluso mientras aumentaba la evidencia de que la ciudad estaba sufriendo un brote particularmente severo de Covid-19» «La portavoz del gobierno, Chus del Río, básicamente respondió que no tenía sentido hablar de brotes locales individuales porque toda La Rioja estaba afectada».
El periódico inglés habla también de cómo Santo Domingo pasó los días más duros del encierro y se refiere a los aplausos de las 8, a cómo los policías colaboraban en los homenajes o cómo, incluso, felicitaron a una pareja por sus bodas de oro. Pero también habla de lo negativo, por ejemplo, de la imposibilidad de celebrar entierros: «En la tarde del 22 de marzo, sonaron solemnemente durante dos minutos mientras la gente permanecía en silencio en las ventanas o en los balcones, una tradición que se repite todos los lunes durante las siguientes semanas. Era, al menos, un duelo comunitario. 'Eso fue realmente importante para las familias'», explica el periodista Javier Albo.
En la última parte del largo reportaje, el periodista Giles Tremlett repasa el comienzo de la desescalada en Santo Domingo de la Calzada y explica que muchos calceatenses todavía tienen cierto miedo: «La verdad es que no sabemos si la vida será igual», explica una vecino en unas declaraciones obtenidas cuando la localidad todavía estaba en fase 1.
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