Luz, Gemma y Cristina, tres afectadas por cáncer de mama, durante una sesión de ejercicios de fuerza. MIREYA LÓPEZ

«Gracias al ejercicio de fuerza hemos recuperado energía, tenemos menos dolor y miedo»

La Universidad de Deusto lleva a cabo un estudio para definir los beneficios que esta práctica deportiva y la creatina tienen sobre las pacientes

Lunes, 20 de octubre 2025, 00:52

A Luz Flores, Gemma Azkorra y Cristina Fernández les tocó vivir el mismo trance. A las tres les diagnosticaron cáncer de mama, pasaron por quirófano, ... se sometieron a sesiones de radioterapia y, a día de hoy, continúan con tratamiento hormonal. Se enfrentaron a las mismas dudas e incertidumbre. La enfermedad también les hizo conocerse. Las tres participan en un proyecto de la Facultad de Educación y Deporte de la Universidad de Deusto que estudia los beneficios que el ejercicio de fuerza tiene para estas pacientes y como el empleo de la suplementación con creatina, una molécula natural que aumenta la fuerza y la masa muscular, puede potenciar estas mejoras. Arkaitz Castañeda es la persona que encabeza esta investigación.

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«Son pacientes que tienen muchos efectos secundarios. La enfermedad y los tratamientos les cambian la composición corporal. Cogen kilos en poco tiempo y cuanto más grasa tenga el cuerpo es mejor para el cáncer. Los ejercicios de fuerza les ayudan a mejorar su estructura muscular y recuperar potencia», explica Castañeda, quien añade que «queremos también ver el beneficio que puede tener la suplementación con creatina en estas mujeres».

El estudio permanece abierto. Hasta el momento han tomado parte en él cerca de medio centenar de mujeres afectadas por un cáncer de mama. La previsión es doblar el número de voluntarias antes de cerrar la investigación. Las pacientes deben completar un entrenamiento de fuerza supervisado en grupos reducidos durante tres días a la semana a lo largo de cuatro meses, con el fin de mejorar su fuerza y su calidad de vida.

Luz, Gemma y Cristina son tres de las mujeres que han tomado parte en este estudio. Su valoración sobre la experiencia no puede ser mejor. «Gracias al ejercicio hemos recuperado energía, tenemos menos dolor y menos miedo. Cuando sales de quirófano te insisten en tener cuidado al levantar pesos. Durante este estudio hemos aprendido que hacer bien el ejercicio nos sirve para ganar fuerza y prevenir el lifoedema», indican en cuanto a los beneficios físicos. Pero también hay un componente mental. «Estamos con otras mujeres que han pasado por lo mismo. Hablamos el mismo idioma, nos apoyamos y, al ver que estamos mas fuertes, eso mejora nuestro estado de ánimo. A nivel mental el ejercicio nos da energía para seguir tirando para adelante».

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