Autorizan el ensayo en humanos de la terapia contra el cáncer de páncreas diseñada en Euskadi

El fármaco será probado con pacientes afectados por diferentes tumores malignos de cinco hospitales españoles y un sexto de Estados Unidos

Jueves, 19 de mayo 2022, 12:56

Las agencias del medicamento de Europa y Estados Unidos han dado el visto bueno al ensayo en humanos de la que puede convertirse en la ... primera terapia en el mundo contra el cáncer de páncreas, un fármaco diseñado por la empresa vasca Oncomatryx. El medicamento de la firma radicada en Derio, que ha obtenido «excelentes resultados» en modelos animales con tumores metastásicos de páncreas, pulmón y mama triple negativo, se probará con pacientes enfermos de distintos cánceres invasivos, en cinco hospitales de España y uno de Estados Unidos.

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Los detalles de esta investigación, llamada a convertirse en un hito de la medicina oncológica, serán dados a conocer el próximo lunes en una rueda de prensa convocada en los laboratorios de Oncomatryx del Parque Tecnológico de Bizkaia, en Derio, y que contará con la participación del fundador de la compañía, el reconocido investigador Laureano Simón. La terapia diseñada en Euskadi constituye, según ha informado la propia empresa, «un destacado hito», por varias razones. «Constituye el primer anticuerpo conjugado desarrollado en Europa y ataca directamente a las células del microambiente tumoral, que son las que rodean el tumor y favorecen la invasividad, inmunosupresión, resistencia al tratamiento y las metástasis».

A diferencia de las terapias ensayadas hasta la fecha, el fármaco de Oncomatryx tiene la peculiaridad de que resulta eficaz para destruir en animales la «barrera del estroma», un potente escudo que hace del tumor pancreático un auténtico rebelde frente a todo tipo de arsenal oncológico. «Tenemos motivos para la esperanza», valoró el científico Manuel Hidalgo, jefe de Hematología y Oncología Médica del Hospital Presbiteriano de Nueva York, que asesora al grupo vasco, en una entrevista con EL CORREO celebrada cuando se pidió autorización para el ensayo con humanos. «El conocimiento en torno a esta enfermedad está avanzando a pasos agigantados», confía el experto, uno de los científicos españoles contra el cáncer más reconocidos en la esfera internacional.

5.000 diagnósticos al año

El Instituto Nacional Judío de la Salud y la Universidad Case Western Reserve, dos instituciones líderes en el campo de la investigación, ficharon hace ocho años a Oncomatryx para ir desarrollando este medicamento, que en las fases previas de la investigación se había mostrado muy prometedor. «Existen motivos para pensar que podemos aumentar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes», dijo entonces su consejero delegado, el científico Laureano Simón, quien confió en que la red de hospitales que probarán el fármaco el próximo año incluya algún centro vasco. El lunes se sabrá si es así.

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El interés de la ciencia en lograr un tratamiento eficaz contra los tumores pancreáticos sólo se explica entendiendo lo complejo que resulta abordar esta enfermedad, que no está entre las patologías tumorales más comunes, pero sí en la lista de las que más mortalidad arrastran. Cada año, afecta a unos 5.000 españoles de los que fallecen nada menos que 4.900. Tan alta mortalidad se explica, según Manuel Hidalgo, por tres factores.

Las células cancerígenas del páncreas, a diferencia de las de los melanomas, el tumor mamario o el propio cáncer de pulmón, resultan «muy agresivas y difíciles de tratar». Además, tal como detalla el experto, tienen la peculiaridad de que generan una reacción celular en el estroma, que es el tejido que rodea al órgano, que lo convierte en una auténtica barrera frente a los tratamientos incluso más innovadores, como la inmunoterapia, que consiste en activar el sistema de defensas contra los tumores.

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Siempre tarde, hasta ahora

El tercer motivo que lo convierte en un auténtico insubordinado es que se diagnostica «muy tarde». El dolor abdominal que se irradia hacia la espalda, el color de refresco de cola de su orina, su piel amarilla, el cansancio, la pérdida de peso no siempre son síntomas que permitan alertar de la presencia de una patología tan grave. «Detectado a tiempo, una cirugía nos bastaría para resolverlo, pero solemos llegar cuando ya se ha diseminado».

El fármaco desarrollado en Oncomatryx es un anticuerpo capaz de reconocer y atacar una proteína que sólo aparece en el estroma de una persona afectada por la enfermedad. Expertos como Hidalgo consideran que destruir la defensa natural del cáncer posibilitará dar a los pacientes otras terapias innovadoras, que ya se han mostrado eficaces en otras enfermedades oncológicas.

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Al destruir la defensa natural, la terapia desarrollada en Euskadi facilitará la acción del sistema inmune sobre las células tumorales, lo que abrirá la puerta a terapias combinadas y, según creen los científicos, esta vez sí, eficaces. «Si los linfocitos destruyen al estroma, y abren camino, es posible. En modelos animales, nos ha funcionado. Ahora, hay que demostrar que en humanos ocurre lo mismo que en ratones, que no siempre es así, pero sí es cierto que hay motivos para la esperanza», recalcó el investigador.

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