Sánchez justifica las cuarentenas de siete días para «equilibrar» salud y economía

Las personas que no han sido vacunadas y que han tenido un contacto estrecho con un positivo también verán menguada la duración de la cuarentena hasta los siete días, frente a los diez establecidos hasta ahora. La pasada semana ya se prescindió de la obligatoriedad de respetar un aislamiento de una decena de días para los contactos estrechos de un positivo que estuvieran inmunizados. A la luz de la información de que dispone Sanidad, medio millón de personas han dado positivo en los últimos diez días y permanecen en sus casas guardando cuarentena. En Euskadi, más de 50.000 vascos pasaron Nochebuena y Navidad encerrados en sus domicilios por haber contraído el virus o por ser un contacto cercano de un infectado.

El cambio de criterio se ha hecho sin el respaldo de los científicos de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, que abogaba por esperar una semana más para revisar los pocos datos existentes sobre las dinámicas de transmisión de la variante ómicron.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya dejó entrever por la mañana que, por segunda vez, se iban a acortar las cuarentenas -en el inicio de la pandemia duraban 14 días, hasta que en septiembre de 2020 se redujeron a diez-. El líder del PSOE, durante una comparecencia para hacer balance del año político, aseguró que hay que «equilibrar la salud pública, la salud mental y la economía». Pese a que la combinación de las variantes delta y ómicron tensa el sistema sanitario y está dejando exhausta la Atención Primaria, Sánchez adujo que la presión asistencial es muy diferente a la de hace un año. Y recordó que el 87% de los mayores de 70 años cuenta ya con la dosis de refuerzo.

La decisión, que adopta ahora España a pesar del criterio contrario de los expertos, llega después de que el Reino Unido decidiera acortar el aislamiento a siete días en caso de que el paciente diera negativo en dos test de antígenos en los últimos dos días. En Estados Unidos, los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han limitado la cuarentena a solo cinco días si la persona carece de síntomas. Aun así, el afectado deberá usar mascarilla en todo momento, al menos, durante otros cinco días más. La alta capacidad infectiva de ómicron había provocado una escasez tal de trabajadores que la actividad de las compañías aéreas se ha resentido. Sudáfrica, el primer país que identificó el nuevo linaje, apostó por adoptar medidas similares y eximió incluso a los positivos asintomáticos de la obligación de aislarse.

Al final, en España se ha llegado a una solución de consenso entre los partidarios de recortar al máximo el aislamiento a tres días para los contagiados sin síntomas y vacunados, como defendía el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y los que preconizaban un periodo superior a los cinco, postura que apoyaban los ejecutivos de Baleares y Galicia.

La determinación sigue la nueva estrategia de la OMS, partidaria de disminuir la cuarentena a la vista de que el periodo de incubación del coronavirus, desde el contagio a la aparición de los primeros síntomas, suele oscilar entre cinco y siete días, aunque en algunos estudios se plantea que parece ser menor en el caso de la variante ómicron. No obstante, el director de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, precisó que tales investigaciones podrían estar sesgadas, por cuanto el menor tiempo de incubación parece una circunstancia exclusiva de las personas jóvenes. En cualquier caso, insistió en que debe «minimizarse el impacto sanitario de la enfermedad, pero también en la economía y en la sociedad».