Vuelve el deporte escolar con limitaciones

El Gobierno vasco dio este lunes luz verde a la reapertura de los entrenamientos escolares solo 48 horas después de la multitudinaria manifestación celebrada en Bilbao a favor del deporte escolar. Lo hizo, de cualquier modo, bajo fuertes restricciones. No se celebrarán partidos o pruebas de competición, sólo habrá entrenamientos. En ellos podrán tomar parte un máximo de seis jugadores, siempre los mismos. No podrán hacer uso de los vestuarios. Es un esquema conocido en el deporte de base, muy similar al que rige actualmente en las disciplinas federadas y que está dando buenos resultados. Desde luego, no es lo que soñaban quienes convocaron la protesta del sábado, pero sí «un paso muy importante», según explicó una de sus portavoces, Bea Alfranca, de Bultza Kirola Euskadi. A preguntas de los periodistas, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, desvinculó la reapertura y la marcha: «El LABI actúa en base a criterios científicos», dijo. En caso de que un municipio supere los 500 casos por cada 100.000 habitantes, el deporte escolar se paralizará.

Esta es una vuelta a la actividad deportiva a medias, muy restringida. En un regreso a la situación de octubre, cuando el deporte escolar funcionó durante algo más de un mes, hasta los primeros días de noviembre. En esas semanas sólo hubo entrenamientos y con un máximo de seis jugadores. Muchos centros optaron entonces por esperar sin reabrir la actividad y ver cómo evolucionaba la pandemia. Ese fantasma sobrevuela también la reapertura actual. Los que no reabrieron en octubre tendrán que reorganizar ahora los equipos en grupos de seis alumnos. «Los federados están ya trabajando de esa manera, dividiendo el campo con conos y con un solo entrenador», apuntó Bea Alfranca. A su juicio, «la noticia es positiva porque hemos conseguido concienciar sobre la importancia del deporte. Es verdad que los clubes federados habrían querido el regreso de los partidos, pero este es un paso positivo. El gran objetivo es que no cierren otra vez y que podamos entrenar». Alfranca es una deportista de patinaje artístico así que «tras tantos meses de parón, hay que prepararse mucho antes de volver a la competición». Lo mismo sucede en pelota, por ejemplo, donde «los chavales han perdido las manos». No están para competir. En Bultza Kirola Euskadi no prevén nuevas protestas a corto plazo.

No todos están satisfechos. Para algunos, entrenar sin jugar carece de sentido, especialmente en las disciplinas más competitivas. En la marcha del sábado se corearon consignas a favor del regreso de los partidos. Confiaban en que podrían recuperarse para los equipos federados. No será así. Tendrán que conformarse con entrenar.

La reapertura es un gesto, un guiño hacia las familias y los alumnos que han pedido la vuelta del deporte, algo respaldado por psicólogos y educadores por su importancia en el desarrollo de los menores. Se logra además en un momento delicado, de tendencia al alza de la pandemia, aunque no tanto como cuando se decretó el último cierre. «Ahora es el momento, cuando se recupera el calendario escolar con normalidad y no hay otro periodo vacacional hasta Semana Santa», defendió Sagardui. El objetivo es «normalizar» la vida de los ciudadanos y «compatibilizar la actividad diaria con las medidas de prevención ante el virus».

Más de cinco mil personas se manifestaron el sábado por la Gran Vía de Bilbao para reclamar la vuelta de la actividad física escolar, paralizada casi un año. Los convocantes pusieron énfasis en que está abierta «en la inmensa mayoría de países europeos y comunidades autónomas». «En el periodo que funcionó, hubo apenas un 0,27% de contagios. No hay razones epidemiológicas para su prohibición», incidieron.