El virus cruza líneas rojas en Euskadi al sumar casi otros 1.000 positivos

Las cifras del panel que informa sobre la situación de la epidemia vasca han dado un salto cualitativo en los dos últimos días. Los casi 800 nuevos afectados del domingo (788) pasaron el lunes a 989, lo que supone un crecimiento del 20% en el número de afectados. La mayoría, de nuevo son jóvenes, que no van a comenzar a vacunarse hasta la semana que viene y que, en consecuencia, no tendrán una inmunidad completa, los primeros de ellos, hasta finales de agosto.

Otro día más tres de cada cuatro casos se corresponden con menores de 40 años. Entre los chicos y chicas menores de 18 se registraron 240 infecciones, que elevan la tasa de incidencia por 100.000 habitantes en los últimos catorce días a 630,96. en esta franja de edad. En el siguiente grupo, que engloba a la población de 19 a 39 -dos décadas que deberían estar separadas para conocer con exactitud qué pasa en una y otra-, los casos se disparan hasta los 863,53.

La consejera de Salud ya comentó el martes de distintas maneras su enorme preocupación por la forma en que avanza la epidemia, aunque ese desasosiego no parece corresponderse con la actitud del Gobierno vasco. En la misma rueda de prensa en que Gotzone Sagardui expresaba esta inquietud, el consejero portavoz, Bingen Zupiria, anunciaba que el lehendakari no tenía intención de adelantar la reunión del Consejo Asesor del LABI, prevista para el próximo jueves 22.

También es cierto, en todo caso, que la capacidad de maniobra del Gobierno vasco resulta muy limitada en este momento de la crisis. Si los contagios se centran especialmente entre la población de 20 a 30 años -donde se dan unas tasas de incidencia de más de 2.500 casos por 100.000 habitantes, según explicó Gotzone Sagardui-, la eficacia de medidas como rebajar la capacidad de las mesas de los restaurantes de seis a cuatro comensales puede resultar limitada. Al menos, desde el punto de vista del control de la epidemia, según explican expertos en Salud Pública consultados por este periódico.

No hubo un sólo registro que no creciera: Bizkaia sumó 464 nuevos casos, que son 58 más que la víspera. Álava se anotó otros 94, exactamente los mismos; y Gipuzkoa, 398 más. Todas esas infecciones generan una tasa media de 377,87 por cada 100.000 habitantes, lo que representa una escalada de más de 31 puntos. Es la mayor en meses. La red de Osakidetza ya ha comenzado a notar el trabajo extra que representa esta quinta oleada de coronavirus. Los hospitales de Euskadi ingresaron el martes 31 nuevos pacientes, la mayor cantidad de este mes. Son ya 99. El trabajo en las UCI también se complica. El agravamiento de tres pacientes eleva a 26 el total de atendidos en intensivos.

Con ellos son ya 99 el total de enfermos atendidos en planta por el Sistema Vasco de Salud, doce más que la víspera y prácticamente el doble que hace una semana (51). El trabajo en las UCI también comienza a complicarse. Otros tres pacientes vieron agravarse ayer su estado de salud y tuvieron que ser trasladados a unidades de cuidados intensivos. El total de enfermos en estado crítico se eleva ya con ellos a 26, una cifra aún manejable, bastante menor de lo que se ha dado en olas anteriores, pero que si crece puede representar un problema. Especialmente en verano, cuando las plantillas de sanitarios son más escasas por motivo de las vacaciones.

Al Departamento de Salud le sirvió ayer el consuelo de que el índice R0, el que habla de la evolución de la pandemia en función del crecimiento de los contagios, había bajado dos centésimas. En las últimas 24 horas ha ganado una para situarse en 1,31. Y ya se sabe, a partir de 1, todo RO es malo. El verano se presenta complicado.