China aumenta el uso de test rectales para detectar el coronavirus porque son más precisos que los nasales

China sigue con mucha atención las cifras de la pandemia con la intención de que no se vuelva a desbordar. Una vez pasado el momento crítico en la primavera pasada y recuperada cierta normalidad, el Gobierno está haciendo todo tipo de pruebas para detectar el virus en sus ciudadanos. Aun así, en los últimos días van a centenar de nuevos caso por jornada. Su objetivo es frenar esta tendencia lo antes posible y para ello está usando cada vez más los test rectales que detectan en el virus «con más fiabilidad» que las PCR.

Los aplican en sujetos de riesgo, viajeros que llegan del extranjero y turistas en cuarentena en los hoteles, fundamentalmente. Y han demostrado ser muy eficaces. «Aumentan la tasa de detección de personas infectadas» porque el coronavirus permanece más tiempo en el ano que en las vías respiratorias, explica el doctor Li Tongzeng, del hospital You'an de Pekín. Pero no están exentos de inconvenientes.

De hecho, los usuarios de las redes sociales han puesto el grito en el cielo con estas pruebas. Según algunos internautas que, al parecer, se han sometido a ellos, son «humillantes», aunque no dolorosos. «Me han hecho dos exploraciones anales. En el proceso, también me tomaron una muestra de la garganta. Cada vez, temía que la enfermera se olvidara de cambiar el bastoncillo entre las dos», han bromeado en el Twitter chino (Weibo)

No quieren que se generalice la toma de muestras mediante hisopos en el ano, algo que la televisión pública ya ha avisado que no sucederá porque «no son suficientemente prácticos». Al menos de momento, pero sí han servido para detectar brotes en algunos barrios de Pekín. Eso sí, salvo nueva orden, la principal prueba para detectar el virus seguirá siendo la que toma muestras de la nariz.

A medida que aumentan los casos, China ha impuesto requisitos más estrictos a las llegadas internacionales en un esfuerzo por mantener la transmisión nacional cerca de cero. Asimismo, ha endurecido las restricciones internas, lo que, entre otras cosas, supone que las personas de áreas de riesgo medio o alto no podrán entrar en la capital para reducir el riesgo de transmisión durante el período del año nuevo lunar. Además, las llegadas al país deben proporcionar múltiples resultados de pruebas negativas y estar en cuarentena durante al menos 14 días en un hotel designado.