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Un joven se bebe un cubata mientras se fuma un porro de marihuana, una combinación explosiva para la salud, especialmente de su cerebro. EL CORREO

El alcohol aumenta el deseo de consumir cannabis en los varones jóvenes, pero no en las mujeres

La primera investigación que analiza el impacto del consumo de hachís en personas revela que las bebidas alcohólicas despiertan el ansia en ellos y despierta las señales de alerta en ellas

Viernes, 10 de enero 2025, 00:02

Hombres y mujeres reaccionan de manera muy distinta ante el consumo de drogas. Lo ha puesto de manifiesto la primera investigación que ha analizado el impacto del consumo cruzado de dos sustancias, cannabis y alcohol en lo que los autores del estudio llaman «condiciones naturales». El trabajo, difundido por la editorial Wiley (EE UU), revela que la ingesta de alcohol despierta en los jóvenes varones menores de 25 años auténticas «ansias» por fumar cannabis. En las mujeres de la misma edad se produce justo el efecto contrario. A ellas, más cautas, el impacto generado por la toma de bebidas alcohólicas les lleva a protegerse frente a otras sustancias, frente al cannabis y a frente a cualquier otra.

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Todos los trabajos de este tipo realizados hasta la fecha se habían realizado en condiciones de laboratorio y bajo supervisión remota. Ésta, sin embargo, es la primera vez en que, según explican sus autores, el consumo se «induce farmacológicamente» y en condiciones naturales. Los voluntarios que participaron en el ensayo, 63 en total de 18 a 21 años, fueron invitados a consumir una y otra sustancia en un entorno hospitalario primero; y después en sus propios domicilios o lugares de recreo.

El cannabis destroza el cerebro de los jóvenes, un órgano que está en proceso continuo de maduración y desarrollo hasta los 25 años

El cannabis tiene un impacto desolador en el cerebro de los jóvenes, que cada vez lo consumen en mayor medida. Múltiples estudios han puesto de manifiesto que favorece la aparición de cambios de humor, conductas violentas y patologías muy graves, como psicosis y esquizofrenia. Sucede en todas las edades, pero especialmente hasta los 25 años, edad hasta la que el cerebro se encuentra en pleno proceso de desarrollo y maduración. Hoy se sabe que la aparición de enfermedad mental grave por el consumo de alcohol y cannabis está detrás de buena parte de los suicidios que se dan entre la juventud.

Control de las emociones y autoprotección

Lo que despierta ese deseo incontrolado que lleva a los chicos a consumir cannabis después del alcohol es lo que los autores del trabajo llaman «ansia inducida por sustancias cruzadas». Eso significa no sólo que el consumo de una sustancia lleva a la otra, sino que cuanto más se repite este patrón, mayores y más irrefrenables son las ganas de tomar marihuana después de haber abusado de las bebidas alcohólicas.

Las mujeres jóvenes responden de modo muy distinto. Cuando una sustancia (el alcohol) cumple la función de reducir las emociones o experiencias negativas, consideran que el objetivo está alcanzado. Ya no necesitan pasar al consumo de otro tóxico, en este caso el cannabis. Las mujeres, además, son conscientes de que el consumo combinado de ambos tóxicos les expone a mayores posibilidades que los varones de experimentar consecuencias adversas, lo que les retrae a hacerlo. Las mujeres jóvenes, concluyen los autores, tienen en definitiva una mayor conciencia de su vulnerabilidad cuando están intoxicadas. Eso les lleva a protegerse.

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