Prohibido fumar y otras normas por las que te pueden multar en la playa
Son espacios públicos, pero su uso y disfrute está regulado por ordenanzas municipales que no podemos saltarnos si no queremos exponernos a una sanción
El Ayuntamiento de Zarautz (Gipuzkoa) anunció hace unas semanas que prohibirá fumar en su playa a partir del próximo verano, una decisión pionera en Euskadi ... porque se trata del primer municipio vasco que regula el consumo de tabaco en un arenal mediante una ordenanza. La medida, que se encuentra todavía en fase de tramitación, va más allá de una simple advertencia a los usuarios que enciendan un cigarrillo en la playa zarauztarra, puesto que su incumplimiento lleva aparejada una sanción económica que podría superar los 500 euros. «No queremos criminalizar a nadie, pero consideramos que las playas deben de ser espacios saludables y libres de residuos que dañen el medio ambiente. Es una cuestión de responsabilidad colectiva y respeto por el entorno», argumenta Inaxio Illarramendi, el concejal responsable de llevar a cabo esta iniciativa.
Muchos arenales –concretamente 897 los más de 3.550 repartidas por todo el litoral español, según los datos del portal nofumadores.org– ya están adheridos desde hace tiempo a programas como el de 'Playas sin humo' promovidos por las diferentes comunidades autónomas para disuadir a los usuarios de fumar en los arenales. Es decir, se recomienda a los bañistas no consumir tabaco, pero sin una base legal que lo prohíba o permita sancionarlo, que es precisamente lo que ha hecho Zarautz al aprobar una ordenanza específica que contempla la prohibición explícita de fumar en toda la playa amparándose en la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados.
En Laredo sí y en Laida no
En España, todos los arenales son públicos, por lo que su gestión atiende a normativas tanto estatales como autonómicas y municipales bajo el paraguas, eso sí, de la Ley general de Costas, que es la que regula la conservación del litoral, los usos permitidos y las competencias de cada administración. En este marco, los ayuntamientos son una pieza clave porque no solo son los responsables de ordenar y vigilar sus playas sino que también «tienen la capacidad de añadir restricciones a través de ordenanzas municipales según sus propias necesidades», precisa Miguel Ángel Sánchez Arrocha, responsable del Programa de Playas de la Cruz Roja.
En la práctica, son los municipios los que llevan la voz cantante en la gestión de los arenales puesto que deciden normativas tan importantes para el disfrute de estos espacios naturales como «el acceso de animales, los horarios de uso, las prohibiciones específicas (acampar, fumar, hacer fuego...), las normas de convivencia y también las sanciones», añaden en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Y esto se traduce en que las restricciones pueden variar mucho de una playa a otra, incluso dentro de una misma provincia o en comunidades vecinas. Lo que está permitido en Laredo puede estar prohibido en Laida, por ejemplo. En cualquier caso, lo que no cambia de un arenal a otro es la autoridad competente para sancionar los comportamientos incívicos o que incumplan la normativa vigente en cada playa: siempre es la Policía Local.
Ejemplos de sanciones
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Fumar en playas libres de humo: Hasta 450 euros en Sanxenxo, Badalona, Palma, Zarautz (2026)...
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Colocar sombrillas para 'reservar sitio': Hasta 750 euros en Benidorm o Málaga.
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Bañarse con bandera roja: Puede suponer una sanción de hasta 3.000 euros en municipios como Valencia o Cádiz.
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Ducharse con jabón o champú: Multas de hasta 750 euros en todas las playas.
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Poner la música muy alta o usar altavoces: Hasta 750 euros de sanción en los arenales de municipios como Badalona, Denia o Sanxenxo.
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Pasar la noche en el arenal: en este caso, las multas puedes ir desde los 40 a los 1.500 euros.
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Hacer fuego o parrilladas en la playa: está prohibido en todos los arenales y las sanciones alcanzan los 1.500 euros.
De hecho, uno de los errores más frecuentes entre los usuarios es pensar que los socorristas tienen potestad para intervenir en conflictos e incluso imponer multas y recurren a ellos para denunciar este tipo de situaciones. Error. Su función es únicamente preventiva y de auxilio. «Informamos, orientamos y alertamos si observamos una infracción, pero no tenemos ningún tipo de autoridad para sancionar ni tampoco la queremos. No podemos obligar a nadie a apagar un cigarro, salir del agua o sujetar a su perro. Si un bañista desobedece una recomendación, el protocolo es claro: se avisa a la Policía Municipal o a la autoridad competente», aclara Sánchez Arrocha. Y pone un ejemplo. «Hace unos días, un bañista se metió en el mar con bandera roja en Gandía y, como no atendía a razones, los socorristas tuvieron que llamar a la Guardia Civil. Un agente tuvo que meterse al agua para sacarlo y acabó detenido. No solo había puesto en riesgo su vida sino la de todo el equipo de salvamento».
Barbacoas y bandera azul
Además de la prohibición expresa de fumar o la evidente de respetar el código de colores de las banderas que ondean en las playas, las ordenanzas municipales establecen cada vez más restricciones para «garantizar la seguridad, la limpieza, la convivencia y el respeto al entorno en los arenales». Entre ellas, una tan polémica como sancionar por reservar sitio en primera línea con una sombrilla o una toalla, una práctica especialmente frecuente en la zona del Mediterráneo por la gran afluencia de bañistas y donde las mareas apenas afectan a la superficie de los arenales.
En Benidorm, por ejemplo, llegar a las nueve de la mañana para plantar la silla y la sombrilla e irte de vuelta al hotel o el apartamento hasta el mediodía puede suponerte una sanción de 750 euros, mientras que en los arenales de Málaga, la multa es de 300 euros. Además, los agentes pueden retirar tus pertenencias si no estás presente. En las playas de San Javier (Murcia) también pueden sacionarte por montar porterías en el arenal o jugar a las palas en algunas zonas concretas.
Otro ejemplo reciente de comportamiento sancionable ocurrió hace poco en la playa pontevedresa de Lapamán (Bueu). Una persona se puso a hacer un asado cerca de la orilla de la idílica playa ante la mirada atónita del resto de bañistas, que no daban crédito a la escena. El suceso fue grabado en vídeo y comunicado directamente a la entidad que concede las bandera azules (ADEAC), que finalmente no retiró el distintivo después de que el ayuntamiento se comprometiese a instalar un nueva torre de vigilancia.
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