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«Esta rotonda se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para quienes la usamos a diario». Así comienza un profesor de la autoescuela Mikel, del barrio bilbaíno de Santutxu, una de sus últimas publicaciones en redes sociales. Se refiere a la glorieta que se sitúa entre Galdakao y Etxebarri.
«Hacia la rotonda viene una carretera de dos carriles. Aunque no haya línea que los separen, cabe recordar que hay tantos carriles como automóviles que no sean motos que quepan en paralelo», señala. «El que está en el carril derecho tiene que acceder por la derecha y el que está en el carril izquierdo tendrá que entrar a la rotonda por el carril izquierdo. Hasta ahí todo normal», añade.
Pero la dificultad añadida con la que cuenta esta rotonda reside en que hay otra carretera que también llega hasta la rotonda desde la derecha, por lo que confluyen tres carriles. «Su deber también sería entrar por la derecha, con lo que ya hay dos usuarios que tienen que entrar por el mismo lado, lo que supone un peligro», asegura
Así, el trabajador de esta autoescuela propone una solución para garantizar la seguridad de los conductores. «Si al que está más a la derecha, que es el que mejor visión tiene de todo, le ponemos un stop, ya no hay dos vehículos que pueden entrar a la vez al carril derecho. Se acaba el problema», concluye.
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