El 60% de la población vasca defiende poner límites a la acogida de menas
Dos de cada tres creen que la inmigración es positiva para la economía y el 70% considera que es imprescindible para combatir el reto demográfico
El 62% de la población vasca defiende poner límites a la acogida de menores extranjeros no acompañados. En esta proporción se cuentan quienes tienen una ... postura radical en este asunto y abogan por «no atenderlos» (así lo señala el 1,7%) o directamente «devolverlos a su país» (20,9%). Un porcentaje mucho más amplio, que ronda el 40%, se muestra favorable a «atenderlos hasta un cupo y repartir el resto entre las distintas comunidades autónomas». Frente a estos grupos, otro 36,4% apuesta por «proporcionarles pisos o residencias tuteladas».
Publicidad
Así se desprende de la última edición del estudio 'Percepciones y actitudes hacia la población de origen extranjero' elaborado por el Observatorio Vasco de Inmigración (Ikuspegi). El informe lo han presentado este jueves en rueda de prensa su directora, Julia Shershneva, junto con la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, y la vicerrectora de Coordinación y Compromiso Social de la UPV/EHU, Aitziber Mendiguren. La encuesta se realizó entre marzo y mayo del año pasado y contó con la participación de 1.200 personas.
Las actitudes respecto a los menores no acompañados son similares a las registradas en 2023, aunque con matices. Lo primero que se observa es que se trata de un tema que polariza a la sociedad: apenas el 1,5% de los encuestados optó por no responder, cuando un año antes la proporción era del 5,7%. También aumenta notablemente el peso de quienes defienden acogerlos en pisos o residencias. En cualquier caso, la proporción de ciudadanos que rechaza la llegada de los menores se disparó en 2023 y se ha mantenido en 2024. El porcentaje de población que defiende estas posturas casi duplica al de 2019.
Noticia relacionada
Euskadi tramitará a partir del 1 de julio los permisos de trabajo a extranjeros
Estas variaciones se corresponden con el aumento en la llegada de menas en los últimos dos ejercicios. Ante la saturación de los centros de acogida de Canarias, otros territorios han recibido un goteo constante de menores. Entre ellos, Euskadi. Según han denunciado las instituciones en varias ocasiones, la red de atención está muy tensionada y apenas hay recursos para recibir más menas. Bizkaia acoge en estos momentos unos 600 menores (el doble que un año antes) cuando tiene capacidad para 400.
Publicidad
Ante esta situación, el lehendakari, Imanol Pradales, exigió un reparto «justo» de esta población entre las comunidades y denunció que algunas, como La Rioja, apenas acogen una decena. Los esfuerzos del Gobierno vasco y del de Canarias cristalizaron a principios de febrero en un acuerdo para un reparto de los menores de forma equilibrada atendiendo a indicadores como el PIB per cápita, las plazas escolares o la población acogida en los últimos meses, entre otros.
Acceso a sanidad y educación
Más allá de la cuestión de los menores no acompañados, la radiografía de Ikuspegi refleja una sociedad abierta a la inmigración. El 49% es «tolerante» con este fenómeno, el 16% «reacia» (la segunda cota más baja desde 2008) y el 36% es «ambivalente». Dos de cada tres vascos la consideran necesaria para la economía y siete de cada diez creen que es imprescindible para combatir el reto demográfico. La encuesta también señala que no se percibe como un problema prioritario (ocupa el puesto 9 de 14 preocupaciones).
Publicidad
Sin embargo, el respaldo a la inmigración está condicionado en gran medida por factores laborales. «El 94,6 % de la población vasca apoya la llegada de personas migrantes, pero su aceptación está muy vinculada a su ocupación profesional», ha indicado la directora de Ikuspegi. Y, aunque la acogida de solicitantes de asilo sigue teniendo un amplio apoyo, éste ha disminuido a medida que ha bajado la emergencia social derivada de la guerra en Ucrania. En lo que respecta a las personas en situación administrativa irregular, el informe recoge que «el 82,2 % de la población apoya su regularización».
Según el estudio, la sociedad vasca defiende mayoritariamente la igualdad de acceso a los servicios sociales, sin importar el origen. «Existe un alto consenso en torno a la universalidad de derechos como la sanidad (75 %) y la educación (72,7 %), aunque hay más debate en aspectos como ayudas sociales, vivienda de protección oficial o derecho a voto», ha explicado Shershneva.
Publicidad
Simpatías por nacionalidades
En cuanto a la convivencia cultural, el informe refleja una sociedad abierta a nuevas costumbres y prácticas, aunque «con la expectativa de que la integración sea un esfuerzo conjunto, pero principalmente asumido por las personas inmigrantes». Un dato significativo es que, por primera vez en la serie histórica, la mayoría de la población (44,1 %) rechaza la idea de una sociedad culturalmente homogénea.
Eso sí, pese a la tolerancia expresada por la sociedad vasca, cuando la convivencia con extranjeros se traslada al ámbito más personal los índices bajan. Por ejemplo, el 90% acepta trabajar o estudiar con personas inmigrantes, el 86% ve con buenos ojos tener un jefe extranjero o el 82% considera positivo que su hijo lleve amigos inmigrantes a casa. Pero esas proporciones caen cuando se pregunta a la persona encuestada si viviría en el mismo barrio o bloque en el que vive mucha población inmigrante o si llevaría a sus hijos a un colegio donde haya muchos extranjeros. Los porcentajes que dicen «aceptaría» son del 61% y del 65%, respectivamente.
Publicidad
Como en anteriores ediciones del estudio, existe una gran disparidad entre el peso que los vascos creen que tiene la población extranjera y la realidad. Así, por ejemplo, los encuestados consideran que los extranjeros suponen ya la cuarta parte de la sociedad vasca, cuando son el 13,2%. Esto no es necesariamente malo, ha señalado Shershneva.
Sucede lo mismo con el tipo de inmigración. Los vascos creen que los magrebíes o subsaharianos son el grupo extranjero mayoritario, pero la realidad es que el 73% de los inmigrantes son de origen latinoamericano. Precisamente la población del Magreb es la que menos simpatía despierta entre los vascos. En el extremo contrario se sitúan quienes provienen de la Unión Europea Occidental, Argentina y Centroamérica.
Noticia Patrocinada
La inmigración no se percibe como una amenaza a la identidad vasca
La mayoría de la población vasca (el 73%) no cree que la llegada de personas inmigrantes vaya a contribuir a la pérdida de la identidad vasca ni que frene el desarrollo del euskera (65%), según el último barómetro de Ikuspegi. De igual modo, siete de cada diez creen que la llegada de foráneos no frenará «las aspiraciones del nacionalismo vasco». En cambio, un 75% valora positivamente el enriquecimiento cultural que aporta la inmigración.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión