¿Otro turismo es posible? Copenhague tiene un plan en lugar de protestar contra los visitantes
Ofrece recompensas para aquellos turistas que se comporten de forma responsable y sostenible: desde almuerzos gratis y visitas guiadas hasta 'forfaits' especiales para las pistas artificiales de esquí de la capital danesa
Con el debate sobre la turismofobia en la mesa, la capital de Dinamarca, Copenhague, ha presentado un nuevo programa para quienes visitan la ciudad. Y lo más llamativo es que premiará a quienes vayan.... y tengan ciertos comportamientos sostenibles. Es una estrategia contraria a la de otras ciudades, como Amsterdam, que harta de ver las calles atestadas de turistas y sin casi espacio para hacer vida normal ha decidido no promocionarse. El que llegue, bien recibido será, pero tampoco va a salir a buscar a nadie.
El programa de Copenhague, bautizado como CopenPay, lleva desde el lunes en marcha, durará hasta el 15 de agosto y su objetivo es «fomentar el comportamiento sostenible y enriquecer la experiencia cultural de los visitantes y de los residentes», explican desde la oficina nacional de turismo. La idea es «transformar acciones ecológicas en moneda para experiencias culturales», pero, ojo, «no aumentar la llegada de personas». Esto es importante matizarlo por el contexto en que nos movemos.
La cifra
12 millones
de pernoctaciones registró la capital danesa en 2023. El turismo en el país aporta al PIB nacional un 4,2%.
«Se trata de crear experiencias significativas y memorables que sean agradables y responsables con el medioambiente», precisa Mikkel A. Hansen, director ejecutivo de Wonderful Copenhague. Es decir, se premiará a los viajeros que muestren una actitud cívica y concienciada con el cuidado del medio ambiente. ¿Y en qué consiste esto? Pues que aquellos que opten por la bici para moverse o por el transporte público, recibirán recompensas.
Y lo mismo sucederá con quienes se apunten a tareas de jardinería, recojan basura en el puerto y los parques de la ciudad o lleven su propia taza reutilizable para tomar café. Los premios son variados: desde invitaciones a consumiciones gratis hasta 'forfaits' para las pistas artificiales de esquí de la ciudad, pasando por visitas gratuitas, experiencias culturales diferentes y almuerzos vegetarianos con productos locales.
De la intención a la acción
Nada de pistolas de agua como en Barcelona, en Copenhague buscan darle la vuelta al turismo y convertirlo en «fuerza del cambio». El lema se parece más al de un partido político en plena campaña, pero es más o menos lo que defienden los expertos que hay que hacer para no matar a la gallina de los huevos de oro. Es el turismo de calidad por el de cantidad.
«Esperamos inspirar a los visitantes a reflexionar sobre su impacto ambiental y que se vayan de Copenhague con una mentalidad más verde como recuerdo de su visita. Que se sientan inspirados para hacer cosas similares en casa», cuenta la directora de Comunicación y Mercadotecnia de Wonderful Copenhague, Rikke Holm Petersen. Y parece que intenciones tienen quienes se acercan hasta allí puesto que el 82% de los visitantes encuestados por la organización turística dice que quiere actuar de manera sostenible. Pasar a la acción es otro tema: solo el 22% ha cambiado su comportamiento.
Un choque desigual
El tercer destino más sostenible contra el número 34
Está claro que la iniciativa de Copenhague es llamativa, pero ¿se puede aplicar ya a destinos tensionados? Si lo que se busca es concienciar sí, pero hay que ver la carga turística que ya soporta ese lugar, sostienen quienes saben de esto. Y no es lo mismo pasear por el centro de Barcelona que por el de la capital danesa. Tampoco sufren el problema de los pisos turísticos en el mismo grado.
Copenhague atrajo el año pasado 12 millones de pernoctaciones y tiene una población de 602.000 habitantes. Por su parte, la ciudad condal tiene 1,6 millones de habitantes -también es más grande en superficie: 77 kilómetros cuadrados por 101- y contabilizó 35,9 millones de pernoctaciones. Asimismo, habría que estudiar el perfil de esos turistas que se acercan a uno y otro destino.
La capital danesa, además, ocupa el tercer puesto en el Índice Global de Sostenibilidad de Destinos de 2023 gracias a sus más de 750.000 bicicletas, cuatro veces más que el número de automóviles, y que más del 70 % de la electricidad proviene de energías renovables. Solo superada por Gotemburgo y Oslo. Como curiosidad, Bilbao está en el puerto 24 y es la primera ciudad española del ranking. Barcelona está diez puestos más abajo y es la segunda.
Ningún destino nacional más entra en el top 40 de este índice que «mide, evalúa y mejora las estrategias de sostenibilidad, los planes de acción y las iniciativas de las organizaciones de gestión de destinos, las autoridades municipales y sus cadenas de suministro de turismo a nivel mundial». Las ciudades interesadas en aparecer deben inscribirse, enviar la información que le soliciten y esperar a que el comité de evaluación dé su veredicto en los 69 indicadores repartidores en cuatro categorías que se analizan.