El futuro de los pubs ingleses tiene mala pinta
Gran Bretaña asiste alarmada al cierre de no menos de 18 pubs a la semana. Ya 'solo' quedan 50.800. Los súbditos de Isabel II buscan una explicación a lo que está pasando
Irma Cuesta
Viernes, 16 de noviembre 2018, 01:52
Si Charles Dickens resurgiera de sus cenizas y alguien le contara lo que está pasando, volvería horrorizado a recostarse sobre su tumba. Iba a ser ... complicado explicar al mito británico, asiduo cliente en vida, que los pubs, esa suerte de tabernas 'made in England' sin las que sería complicado imaginar el país, han comenzado a desaparecer. Por mucho que cueste imaginarlo, los datos que la British Beer and Pub Association ha puesto sobre la mesa hace solo unos meses son desalentadores: uno de cada cuatro pubs ha cerrado en los últimos 35 años hasta llegar a los 50.800 actuales; un periodo en el que la población, a la que se presupone igualmente sedienta que sus predecesores, creció un 16%.
Los números caen como una losa sobre los súbditos de Isabel II que se preguntan qué puede estar pasando para que algo tan británico languidezca pausada, pero irremediablemente, por más que aún se sirvan seis mil millones de litros anuales (una media de 177 pintas por persona). 'The Economist', que encabeza la lista de periódicos decidido a analizar la situación, cree que la explicación está en que la cerveza está perdiendo adeptos. Incluso ofrecen datos con los que apuntalar su teoría, asegurando que a finales de los 90 los británicos se bebían una media de 99 litros anuales por cabeza (en España en 2017 no pasamos de 48), y una década y media después está en 67,4 litros; o sea, un 32% menos.
Por más que les pese a algunos, todo apunta a que muchos británicos han cambiado su famosa 'ale' -o 'lager', o una buena pinta negra Guinness- por unas copitas de vino importado (actualmente consumen 20,4 litros por persona al año), y ya se cuentan por miles los adeptos a la sidra.
En cualquier caso, el paulatino descenso de pubs parece estar centrado en la capital en donde, en los últimos 15 años, los londinenses han visto cómo 1.200 locales bajaban la persiana; un 25% de los 4.835 que había en 2001 han pasado a la historia y, salvo Hackney, al nordeste de la ciudad, no hay barrio que se salve del desastre.
Como es de imaginar en un país en el que los pubs son una institución casi a la altura de la monarquía, el asunto es motivo de investigación. En universidades del prestigio de Oxford, profesores como Noah Carl plantean que se trata de un problema de mercado. El académico mantiene que en algunos barrios el número de pubs llegó a ser tan alto que, por mucho que a sus compatriotas le guste empaparse en cerveza cada noche del sábado, no hay manera de encontrar tanto personal sediento como para mantener semejante oferta.
No todos opinan que sea ahí donde reside el problema, y echan cuentas del tipo a que, si en los últimos 15 años la población de Londres creció un 24% (1,7 millones de personas), el incremento de la oferta debería haber estado a la altura del de la demanda. Pero el profesor tiene su propia teoría. «El crecimiento demográfico se ha producido en comunidades con poca o ninguna tendencia a pasar el rato en un pub. De hecho, se ha centrado en etnias sikh, hindú o musulmana, que pasaron de representar un 13% de la población a un 18,5%. Y mientras ellos crecían, el porcentaje de británicos de varias generaciones que vive en Londres ha pasado del 60% al 45%», afirma Carl.
En cualquier caso, el asunto es especialmente grave para la British Beer and Pub Association, la asociación comercial más grande e influyente de la industria, que representa alrededor del 90% de la elaboración de cerveza del Reino Unido y a los propietarios de cerca de 20.000 de los pubs. También para la Campaign for Real Ale (CAMRA), una organización de consumidores con sede en St Albans que se dedica a promover la artesanía y calidad en la elaboración de la cerveza. # Hace solo unas semanas, la CAMRA hizo pública una nota de prensa en la que asegura que 18 pubs se ven obligados a cerrar cada semana en el Reino Unido. En opinión de su presidente, Jackie Parker, que señala como responsable del desastre al enorme incremento de impuestos, cuatro de cada cinco británicos han visto cómo desaparecía un pub de su zona en los últimos cinco años. «Estamos pidiendo al Gobierno que abandone cualquier intento de aumentar aún más los impuestos en los próximos presupuestos. De seguir adelante algunas de las propuestas que tienen sobre la mesa, el precio de la pinta (unas seis libras, 7,7 euros) aumentaría alrededor de dos peniques y los pubs perderán 1.000 libras en Business Rate Relief (algo así como una reducción de tasas que se aplica a las pequeñas empresas)», ha dicho el portavoz de la Campaign for Real Ale recordando que los pubs desempeñan un papel muy importante en la economía nacional contribuyendo anualmente con 23.100 millones de libras. Eso -dice Parker-, por no hablar de la gran cantidad de beneficios sociales que brindan a individuos y comunidades, «uniendo a las personas y haciéndolas más felices, mejor conectadas y más confiadas».
La British Beer and Pub Association considera el asunto «especialmente grave»
Nuevas costumbres
Mientras CAMRA echa el resto con una campaña 'Por la Real Ale' en la que pretende involucrar al mayor número de gente posible, los economistas insisten en que, al aumento de la población londinense con nuevas costumbres, hay que sumar el incremento de los precios del alquiler de los locales. Un hecho que ha llevado a que solo se salven de la quema los que están ubicados en las zonas más concurridas por el enorme ejército de turistas que cada año visita la capital del imperio.
Y es que, según el sector hostelero británico, uno de cada dos turistas no abandona la ciudad del Támesis sin darse el gusto de sentarse en un pub y tomarse un par de pintas. Teniendo en cuenta que Londres registró el año pasado 19,2 millones de visitantes, es fácil echar cuentas: los pubs londinenses del centro sirvieron alrededor de 20 millones... sólo a los que llegaron de fuera.
Aunque a estas alturas pocos discuten que el tema no termine convirtiéndose en un asunto de Estado, otros, como Tom Parker Bowles, un conocido crítico gastronómico hijo de la no menos famosa Camila, duquesa de Cornualles y esposa de Carlos de Inglaterra, opinan que los informes que anuncian la muerte de los pubs son totalmente exagerados. «Son la iglesia secular de Gran Bretaña. Sus taburetes tambaleantes y sus barras maltratadas son los bancos y altares de nuestra única religión verdadera. Por eso es apropiado que el mismísimo 'secreto de la vida' se descubriera en un pub. Bueno, si no descubrirse, al menos sí se anunciase. No olvidemos que Francis Crick entró en 'The Eagle', en Cambridge, alrededor de la hora del almuerzo de un día de febrero de 1953, para declarar que él, junto con James Watson, habían ideado la estructura del ADN. Cuando has descubierto el tejido mismo de la vida, ¿qué mejor lugar que un pub para anunciarlo?», apunta Tom.
En números
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50.800 pubs subsisten hoy en el Reino Unido, a pesar de que el cambio de hábitos, el precio de la cerveza y el aumento del alquiler de los locales haya llevado a que muchos de ellos bajen la persiana.
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Reclamo turístico. Los informes apuntan a que uno de cada dos turistas, de los casi 20 millones que anualmente visitan Londres, no abandonan la ciudad sin haberse tomado un par de pintas en algún pub del centro.
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Primera necesidad. «La sociedad británica necesita que el pub nos reúna. Somos una mierda para socializar sin alcohol. Somos un poco gruñones, pero puedes encontrar todas las convenciones sociales en un pub. Todo en él alienta la sociabilidad. Creo que los informes sobre la muerte del pub son totalmente exagerados», ha asegurado Pete Brown, cervecero y autor de varios libros sobre los pubs ingleses.
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177. Seis mil millones de litros de cerveza se sirven anualmente en los pubs británicos. Eso supone una media de 177 pintas por persona. Una pinta (casi medio litro de cerveza) cuesta unas 6 libras (7,77 euros)
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18 cierres a la semana. La organización de consumidores CAMRA mantiene que cada semana cierran 18 pubs en el Reino Unido.
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23.100 millones de libras es la aportación anual que el sector de los pubs realiza a la economía de Gran Bretaña.
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Auge del vino. Los analistas del sector señalan que en los último años a los súbditos de Isabel II se les ha despertado un enorme gusto por el vino de importación. De hecho, ya consumen 20,4 litros por persona al año. No está mal.
El té también pierde fuelle... y el café se hace más 'british'
Tampoco pinta bien el futuro para algo tan británico, o más, que la cerveza: el té. Según datos contrastados por el sector, el año pasado se consumieron en Gran Bretaña 70 millones de tazas de café diarias. Es verdad que siguen estando muy lejos de los 165 millones de tazas de té que se sirvieron en establecimientos públicos, pero los analistas aseguran que las cosas están cambiando animadas por esas cafeterías fantásticas, cómodas y con amplísimos ventanales, que desde hace ya unos cuantos años pueblan cada urbe del planeta. La apertura de establecimientos de cadenas como Greggs (con 1.621 locales), Costa Coffee (1.582 comercios), Starbucks (719) y Caffe Nero (508) están arrastrando a los británicos hacia el café. Eso sí, aún queda mucho para superar los 60.000 millones de tazas de té que anualmente consumen. Según la Organización de Té e Infusiones, sale a un promedio de 900 tazas por cada hombre, mujer o niño.
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